Lo recogen varios observatorios en sus plataformas web. Una gran bola de fuego atraviesa el cielo de Ciudad Real en la madrugada del 30 de julio dejando imágenes como estas. El astrofísico José María Madiedo, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) ... y director del proyecto SMART, ha analizado el evento en sus redes sociales.
Los cálculos realizados, como explica, muestran que la roca que provocó este fenómeno entró en la atmósfera a una velocidad de unos 88.000 kilómetros por hora. Al impactar violentamente contra el aire a esta gran velocidad, la superficie de la roca se calentó y se volvió incandescente. «Fue esa incandescencia la que pudo verse en forma de una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 101 kilómetros sobre Mestanza, en la provincia de Ciudad Real«, comenta, hasta perderse a unos 68 kilómetros de altitud sobre otro municipio, Alhambra.
Como indica el astrofísico, el fenómeno destacó por mostrar varias explosiones a lo largo de su trayectoria y una intensa explosión final. «Estas explosiones, que se debieron a diversas rupturas bruscas de la roca, provocaron aumentos súbitos de luminosidad», señala, para añadir que la bola de fuego recorrió una distancia total en la atmósfera de unos 91 kilómetros.
Esta bola de fuego ha sido observada por los detectores del proyecto SMART desde las estaciones de detección ubicadas en Huelva, La Hita (Toledo), Calar Alto, Sierra Nevada, La Sagra (Granada) y Sevilla.
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