Tensión en la puerta del juzgado de Cuenca por la comparecencia de Morate

Aunque la comparecencia estaba prevista para las 10 de la mañana, desde varias horas antes algunos familiares de Laura y Marina esperaban en los accesos al juzgado para reclamar la pena máxima para Morate. El presunto asesino ha llegado desde la cárcel madrileña de Estremera nueve minutos antes de las 10 de la mañana.

Aunque los vehículos de la Guardia Civil han accedido por una entrada diferente a la que estaban esperando las familias y los medios de comunicación, dos de los allegados de las víctimas se han colocado delante del coche y han tenido que ser reducidos por agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Morate ha entrado y salido del garaje de los juzgados entre los insultos y los gritos de asesino que proferían los familiares. A la salida, que ha tenido lugar alrededor de las 10:40 horas, se han vivido momentos de tensión cuanto los familiares que esperaban han llegado a golpear varias veces el coche en el que viajaba Morate y, en el tumulto, se ha roto el limpiaparabrisas trasero del vehículo. La Policía Nacional ha requerido la documentación de al menos uno de los familiares para identificarlo.

El Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares personadas mantienen la petición de imputación para Morate como presunto autor de dos delitos de asesinato, uno por cada una de las dos muertes que se produjeron el pasado mes de agosto. Su defensa ha solicitado el sobreseimiento provisional al entender que «no hay prueba válida suficiente para sostener su imputación», según ha explicado la fiscal jefe de Cuenca, María Isabel Gómez. Tras aclarar que en la práctica de este trámite procesal no se trataba de realizar petición de penas, Gómez ha insistido en que acusación pública y particular sostienen que Sergio Morate es el autor de la muerte violenta de las dos víctimas que, por la «forma en que se ha producido», son dos «delitos de asesinato respecto de cada una de las víctimas» . La horquilla de pena, ha recordado, estaría entre los 15 y 25 años , y la petición del Ministerio Fiscal, ha adelantado, «será ajustada a la gravedad del hecho». «Las circunstancias en cómo se produjeron las muertes», así como «el resto de circunstancias que han concurrido» van, ha apostillado la fiscal, «a disponer que la respuesta penal que se inste por parte de la Fiscalía vaya a ser adecuada, por supuesto, a la gravedad del hecho».

En relación a la posibilidad de que una segunda persona hubiera participado de forma directa en la muerte de ambas jóvenes, la fiscal ha manifestado que, desde la perspectiva del procedimiento penal y a juicio de la acusación pública y de las acusaciones particulares, el «grueso» sobre los hechos esenciales, como son la «muerte violenta de dos personas» así como el «sujeto responsable» de ambas muertes «ya está aportado».

«No hay un segundo investigado», ha resuelto, para matizar que la «prueba no es única» y que, aunque «en ningún momento se trabaja en otro escenario», este se va «perfilando con múltiples indicios o aspectos que puedan tener relevancia en acreditar el objeto del procedimiento».

Al tratarse de una causa con preso, este es un «caso preferente», que ha de tener preferencia en la tramitación «para asegurar también los derechos procesales del investigado», ha explicitado, para aclarar que, cuando una persona está sometida a una medida restrictiva de su libertad de forma cautelar, «se exige una mayor celeridad que en otro procedimiento a los efectos de clarificar cuanto antes la situación» , por lo que, además, ha de dictarse una sentencia condenatoria «cuanto antes».

Si bien la fiscal jefe de Cuenca no ha podido determinar una fecha aproximada para la apertura de la vista oral, ha admitido que no cree que esta se produzca antes de verano, aunque por lo que respecta a juicio por el procedimiento del Tribunal del Jurado con preso «no hay ningún otro» en la Audiencia Provincial.

El siguiente trámite será la formulación de escritos por parte de acusación y defensa y antes de la apertura del juicio oral se abrirá una «última fase» en la que «volverá a instarse a las acusaciones si mantienen su acusación o si solicitan el sobreseimiento».