Procesadas seis personas en el caso '18 lovas', que investiga unos supuestos delitos de prostitución de menores

Los seis procesados son Eugenio Hernández de León, Antonio Dascenzo, Domingo Hernández Tarajano, Emilio Cabrera Caballero y Eustasio López González, una de las cien fortunas más importantes de España, empresario del grupo turístico Lopesan, además de Agustín Alemán Barreto 'Yino', presunto cabecilla de la red. Al principal acusado se le imputan dos delitos de agresión sexual, 24 delitos de prostitución de menores y dos delitos de trato degradante.

Además, a los seis procesados se les ha impuesto el pago de fianzas que suman en conjunto 1.263.900 euros , ordenando el embargo de bienes en caso de impago, tal y como ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Se trata de una trama que estuvo en funcionamiento desde 2015 y al menos hasta la segunda mitad del año 2016, donde los procesados hacían uso de una supuesta agencia de modelos y azafatas denominada '18 lovas' pero que escondía un negocio de prostitución de menores. Tal y como ha explicado el auto de la autoridad judicial, tenían "eventos en toda España".

El TSJC detalla en el auto que el creador de esta supuesta agencia la usaba para " captar mujeres jóvenes, de como máximo 23 años y entre las cuales se encontraban varias menores de edad", con al menos 12 presuntas víctimas a las que el principal inculpado les ofrecía trabajo de gogós, animadoras, y modelos, para después introducirlas en el mundo de la prostitución y ampliar la red gracias a las amigas y el círculo cercano.

El supuesto proxeneta de menores, versa el auto, las embaucaba "con halagos y regalos, dejándolas incluso la libertad de elegir a los clientes", mientras se aseguraba de cobrar una comisión por ese servicio de prostitución. El auto expresa cómo el cabecilla de este grupo delictivo las llevaba incluso al lugar de la cita, si bien antes las conducía a una vivienda vacía, donde las chicas se cambiaban y bebían alcohol para animarse y, desde ahí, las llevaba al punto de encuentro con el cliente. Acordaba que recibiría la mitad del importe del servicio, a la vez que se aseguraba "de obtener de ellas fotografías desnudas , para en un momento dado poder coaccionarlas con difundir las fotografías en caso de que surgieran desavenencias". En las conversaciones se hablaba abiertamente de intercambio de sexo por dinero. El cabecilla mantenía relaciones con las que querían aumentar su comisión.

De acuerdo a la investigación, el TSJC considera que los seis procesados se aprovecharon de las menores " prevaliéndose de su situación de vulnerabilidad , tanto de su minoría de edad como por la situación de falta de solidez familiar y referentes parentales", con " total desprecio por la indemnidad sexual " de las víctimas y "con pleno conocimiento de que era menores de edad o, al menos, con total indiferencia ante la posibilidad de que lo fuera".

En el caso de varias de las víctimas usó amenazas para que accediesen a satisfacer su deseo sexual o el de terceras personas adultas.

Además de las conversaciones con las víctimas y el relato de varios encuentros entre las víctimas y los clientes, el juez relata una fiesta a la que se invitó a diez chicas a las que les ofrecieron inicialmente 50 euros a cada una por acudir, si bien "en el lugar de la fiesta se renegoció la cantidad y se aumentó a 100 euros, y las que mantuvieran relaciones sexuales con los investigados cobrarían más".