Zapatero y Joan Clos imponen a Moratinos el nuevo embajador en Moscú
L. A.MADRID. El Gobierno nombrará en breve a Juan Antonio March nuevo embajador en Moscú, en sustitución de Javier Elorza, según supo ABC de fuentes diplomáticas. El ministro de Asuntos Exteriores
El Gobierno nombrará en breve a Juan Antonio March nuevo embajador en Moscú, en sustitución de Javier Elorza, según supo ABC de fuentes diplomáticas. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se ha visto obligado, una vez más, a acatar la disciplina de partido ... y renunciar a su candidato para el puesto, que era Javier Garrigues.
Garrigues, un experimentado diplomático que hace un año dejó la Embajada en Suecia, ha estado desde entonces estudiando ruso, confiado en la promesa del ministro de que, en su momento, se haría cargo de la representación diplomática en Rusia. La previsión era que Elorza pasara a ocupar un alto cargo en la Administración, relacionado primero con la inmigración y, después, con las interconexiones eléctricas. Esa previsión no se cumplió, pero tampoco la de Moratinos para nombrar a Garrigues embajador en Moscú.
Militante del PSOE
El ministro de Exteriores ha tenido que plegarse a los deseos de José Luis Rodríguez Zapatero y del ministro de Industria, Joan Clos, de que la Embajada en Moscú sea ocupada por un amigo de ambos: Juan Antonio March, diplomático catalán. de 49 años y activo militante del PSOE.
Nada más llegar Zapatero a La Moncloa, March, que era el «número 3» en la Embajada de México, fue nombrado embajador representante permanente ante las Oficinas de la ONU y los organismos Internacionales en Ginebra, un puesto en el que, precisamente, algunos sitúan ahora al propio Garrigues, una vez frustradas las intenciones de Moratinos.
No es la primera vez que el ministro de Exteriores ha tenido que someterse a los intereses de partido. En mayo de 2005, Moratinos vio cómo la presión del entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, consiguió que para ocupar la Embajada de España en Lisboa fuera nombrado el también diplomático catalán Enrique Panés, argumentado los intereses que tiene Cataluña en Portugal. El nombramiento desplazó al candidato de Moratinos, Carlos Blasco, un diplomático con una amplia experiencia y que, por cierto, es también, desde antiguo, militante socialista. Blasco fue más tarde nombrado embajador en China.
Malestar en la Carrera
En ambientes de la Carrera diplomática hay un cierto malestar por la frecuencia con la que se imponen los criterios de partido en los nombramientos de embajadores, aunque mucho mayor es el malestar por los casos en que se han utilizado los puestos de embajadores para concederlos, a modo de premios, a determinadas personas o para resolver problemas internos. «Si a nosotros que somos diplomáticos -afirman- no se nos nombra, por ejemplo, para dirigir un hospital, no entendemos que se acuda tan a menudo a otro tipo de profesionales para hacerse cargo de las embajadas, cuando hay personas que han realizado una oposición y se han estado preparando precisamente para representar a España en el extranjero».
Uno de los casos que mayor malestar causó fue el nombramiento de Miguel Cortizo como embajador en Paraguay. Ex dirigente del PSOE en Galicia, fue durante varios años embajador en Misión Especial para la Coordinación de las Relaciones con las Comunidades Españolas en Iberoamérica, un puesto desde el que, según el PP, aprovechó para hacer entre los emigrantes españoles campaña en favor del PSOE. Con él se elevó a siete el número de embajadores no diplomáticos.
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