España, el país de los 5.000 partidos políticos tras sumar 1.600 en diez años

Lo mismo sucede en la política autonómica con partidos de corte nacionalista o regionalista. Inciden de lleno en dar o quitar estabilidad institucional, en el juego de las coaliciones, de los partidos bisagra y de la fragmentación parlamentaria. A los clásicos del País Vasco y de la convulsa escena catalana se añaden los casos de Navarra, Baleares o la Comunidad Valenciana. Aragón es otro botón de muestra de minifundismo político: la comunidad solo tiene 1,3 millones de habitantes, los 67 escaños de sus Cortes regionales se los reparten entre ocho siglas distintas, y el Gobierno lo ocupa un cuatripartito en el que la conveniencia ha unido a quienes antes se renegaban: el PSOE de Lambán y Podemos, junto al regionalismo de corte conservador del PAR y el soberanismo de izquierdas de la Chunta.

La abundancia de partidos, por tanto, no es anecdótica. Baste un dato: en las elecciones municipales de mayo de 2019 obtuvieron concejalías un total de 1.684 marcas políticas distintas.

El sociólogo Narciso Michavila, presidente de la consultora de demoscopia GAD3 , destaca que el multipartidismo que brotó en la política nacional en 2014 hacía décadas que se había abierto paso a nivel local y autonómico. «En las elecciones municipales -explica-, entre el 20 y el 25% de los votos se los llevan los llamados PANE, los partidos de ámbito no estatal». Es decir, marcas municipales o candidaturas locales de partidos nacionalistas y regionalistas.

Desde la Transición, en España se han creado 5.812 partidos políticos, pero apenas han desaparecido 850, según los datos oficiales recopilados por ABC. En estos momentos hay legalmente en activo un total de 4.963 partidos, según el último registro oficial disponible.

En más de 40 años de democracia, este 2021 ha registrado el récord de partidos disueltos, fruto de la criba legal que ha emprendido el Ministerio del Interior a través de los juzgados . Un partido solo se puede disolver por dos vías: por decisión propia o por sentencia judicial. Y esta última, a su vez, por unos supuestos muy tasados. Esencialmente, por considerarse probado que actúa como asociación ilícita penal; por vulneración reiterada y grave de los principios democráticos; por atacar las libertades y la democracia; o por no tener adaptados sus estatutos a los requisitos que marca la legislación sobre partidos políticos.

En marzo de 2015 se amplió el marco normativo con la aprobación de la ley orgánica sobre el control de la actividad económico-financiera de los partidos. Dio un plazo de tres años para que todas las formaciones adaptaran sus estatutos a las leyes de aplicación. De lo contrario, se advertía que incurrirían en causa de extinción. Cumplidos esos tres años que se dio de margen, a mediados de 2018 el Ministerio del Interior empezó a revisar la adecuación de los estatutos de los miles de partidos que hay en España. Fruto de ello, la Abogacía del Estado ya ha interpuesto cientos de procedimientos judiciales interesando la disolución de formaciones que no cumplen los requisitos.

Desde la Transición y hasta esta criba que se está produciendo ahora, el año que más partidos se habían extinguido en España fue 1978, cuando desaparecieron 57. Sin embargo, este 2021 se han disuelto 326. De ellos, 99 por decisión del partido y 227 por resolución de los juzgados centrales de lo Contencioso-administrativo . En 2020 se disolvieron 118, entre los finiquitados por iniciativa propia y por orden judicial.

Mientras tanto, año tras año siguen naciendo decenas de partidos en España. A veces, cientos. Cuando más, en vísperas de elecciones. Entre 2014 y 2015, por ejemplo, se crearon 670. Entre 2018 y 2019, más de 500. Su origen es muy variado. «En el ámbito municipal son habituales las marcas que nacen de escisiones locales de partidos nacionales. caso de Por Ávila, o de movimientos vecinales, como Vecinos por Torrelodones», explica el sociólogo Narciso Michavila.

En los dos últimos años sigue abundando la aparición de nuevas siglas locales -Alcalá nos Importa, Ayamonte Ahora, Vivir Las Rozas, Bormujos por Derecho...-. También hay casos de formaciones autonómicas de nuevo cuño, como Juntos por Extremadura, que se inscribió en el Registro a finales del pasado noviembre. E igualmente siguen naciendo marcas de vocación estatal y de perfil muy diverso. Por ejemplo, la lucha contra la despoblación que abandera España Vaciada -partido que nació en septiembre-; formaciones cimentadas en corrientes ideológicas a izquierda o derecha; o nuevas siglas de marchamo sectorial, caso del ecologismo o de la defensa de colectivos económicos.

Un caso de esto último es Más que Autónomos (+QA) . Es de ámbito estatal, la sede radica en Móstoles (Madrid) y al frente está una empresaria de esa localidad, Yolanda López Juárez. Explica que la marca está apoyada «por autónomos de toda España». «En poco más de seis meses ya tenemos más de 14.000 seguidores en Facebook y en apenas diez días se han inscrito en el partido unos 200», declara a ABC López Juárez.

«La idea de unirnos en un partido surgió en la pandemia, cuando grupos de autónomos coincidimos por redes sociales para compartir nuestras inquietudes y problemas, y nos dimos cuenta de que estamos olvidados por los partidos, que solo se acuerdan de nosotros cuando hay elecciones y para recaudar impuestos», explica. «Somos conscientes de que es difícil competir en política, por eso queremos avanzar con prudencia y realismo, sin precipitaciones, pero nuestro objetivo es presentarnos a unas elecciones generales», afirma la presidenta de Más que Autónomos. Y remarca: «Con obtener un escaño ya habríamos logrado mucho, dar voz y voto a los más de tres millones de autónomos que hay en España, que somos el motor económico y laboral del país».