El dulce cacareo de la gallina de los huevos de oro

MADRID. «"Operación triunfo" no es más que un concurso musical», decía Juan Menor, director de Emisiones de TVE, en el acto de presentación, allá por septiembre, del programa que ha marcado y dinamitado la temporada televisiva. Una nota de prensa enviada a los medios en ... pleno verano anunciaba la producción de un espacio, de formato indefinido, cuya verdadera naturaleza reveló ABC antes del comienzo oficial del curso: la emisora estatal, tan crítica y reacia hacia el género de los concursos de vida en directo, se disponía a blanquearlo con una revolucionaria adaptación de la que llegó a hacerse eco la CNN.El espacio también pasó inadvertido en la gala de presentación de la temporada de otoño de TVE, cuyo director, Álvaro de la Riva, dedicó unas muy breves líneas de su discurso al espacio, que calificó como «un riguroso proceso de selección de artistas, de los que seguiremos su carrera a diario». Sin dar demasiadas pistas, el directivo de la emisora pública aseguró, eso sí, que la programación de Televisión Española para este curso iba a contar con «valores añadidos y mucho riesgo; vamos a jugárnosla», manifestó contundente De la Riva. Sin recurrir al folletín Los responsables de Gestmusic, productora del concurso, no renunciaban entonces a explotar «los desesperos, lloros, alegrías y fuertes emociones» de los concursantes, así como la narración de «las pequeñas historias diarias que se produzcan» en la academia del espacio... No fue necesario, sin embargo, recurrir a estos atractivos elementos folletinescos para captar la atención de los espectadores, que tardaron sólo tres semanas en hacer de un inocente concurso musical para jóvenes talentos y presentado por Carlos Lozano, un profesional sin tablas en la franja de máxima audiencia televisiva, su pasatiempo favorito.«Operación triunfo» fue estrenado el 22 de octubre, lunes, una jornada dominada por productos tan veteranos y asentados entre los gustos de la audiencia como «Periodistas» y el «Gran cine» de Antena 3. Las dos primeras entregas del espacio registraron discretos resultados de audiencia, por debajo de los tres millones de seguidores, pero a la tercera fue la vencida: casi cinco millones de fieles se movilizaron en el primer paso de una escalada que, en pocos meses, iba a destrozar los registros históricos del medio.Antes del cierre de 2001, eran ocho los millones de espectadores que lograba reunir «Operación triunfo». A partir de enero, el concurso comenzó su definitivo despegue, que concluyó el día de la final, el pasado 11 de febrero, con una media de 12.873.000 espectadores pendientes de los votos populares que coronaron a Rosa López, David Bisbal y David Bustamante, cifra con la que el programa lidera la tabla de las emisiones más vista de la historia, por encima de las gestas madridistas en la Copa de Europa, los decisivos encuentros de la selección española en las últimas ediciones del Mundial de Fútbol o clásicos como los Madrid-Barça ligueros emitidos en abierto. Incluso La 2, recipiente de los resúmenes diarios de la actividad de la academia de «Operación triunfo», se vio fortalecida por el concurso, que ya figura como el programa más visto de la historia de la cadena marginal de TVE.De forma paralela a los excelentes resultados que el programa ha reportado a TVE, se producía el hundimiento de las cadenas privadas, incapaces en los últimos meses de llegar siquiera al 20 por ciento de cuota de pantalla. Paradójicamente, el misil que ha dañado la estructura de Antena 3 y Telecinco ha sido explotado por los magazines de las privadas, a los que han acudido los concursantes de TVE-1 y que, sin rubor, han utilizado las señales del programa -con la inmediata denuncia de TVE por presunto pirateo- para ilustrar las crónicas y debates más rentables del curso. Explotación multimedia Y es que «Operación triunfo» ha sido algo más que un programa sometido al sistema de pesos y medidas del mercado televisivo. El concurso de Gestmusic entra en la categoría de evento, término adoptado por el sector para referirse a espacios capaces de ser explotados a través de los más variados soportes y de movilizar a la sociedad. Así, las multimillonarias ventas de los álbumes y colecciones de sencillos de las galas del programa han salvado la temporada discográfica española, arruinada por el acoso de la piratería, y ha dado pie al lanzamiento de una enorme gama de productos con licencia para estampar en su etiqueta el logotipo del programa: un canal temático, una colección de vídeos, un libro, una colección de cromos, un juego de carteles con la imagen de los protagonistas del espacio, diversas golosinas, un juego de preguntas y respuestas de inminente aparición, y una gira por todo el territorio nacional que concluirá en el estadio Santiago Bernabéu, cuyo césped ya pisaron los jóvenes del programa el pasado miércoles como teloneros de excepción de la final de la Copa de Rey. Mientras, TVE y Gestmusic negocian la salida al mercado de un perfume y una línea de ropa con el sello de «Operación triunfo». Euros a millones El fenómeno social desatado por el concurso se ha traducido en las inéditas campañas de captación de votos telefónicos promovidas por los alcaldes de las respectivas localidades de origen de los concursantes, cuya figura, en el caso de Manu Tenorio, ha llegado a desfilar en los autobuses urbanos de Sevilla, y las concentraciones masivas de seguidores en plazas y pabellones cubiertos, escenarios para la retransmisión a través de pantallas gigantes de las galas eliminatorias del concurso.En términos económicos, «Operación triunfo» ha supuesto para TVE unos ingresos, sólo en 2001, superiores a los diez millones de euros, mientras que ha llegado a mover, en sectores ajenos al medio televisivo y mientras se extiende por los mercados internacionales, alrededor de 50 millones de euros.