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Cae un clan colombiano que blanqueó cantidades millonarias en pisos y arte

La Policía ha detenido a 22 personas, ha bloqueado 112 cuentas bancarias e intervenido 500 piezas de arte precolombino en uno de los mayores golpes mundiales

MADRID. Los «Vargas» vivían hasta hace unos días en La Moraleja y Somosaguas, en casas-museo sembradas de obras de arte, joyas y maderas nobles. Se desplazaban en Jaguar y Mercedes, sus hijos estudiaban en los colegios más exclusivos de Madrid; eran socios de clubes ... de golf y equipos de fútbol y en sus billeteras nunca faltaban miles de euros en efectivo, hasta el punto de comprar en unos días cuarenta pisos y locales por valor de ocho millones de euros. Este nivel de vida se desarrollaba amparado en sociedades fantasmas y ruinosas. Ahora varios de sus miembros viven en la cárcel, después de que la Policía haya capturado a 22 personas que se dedicaban a blanquear cantidades multimillonarias procedentes del narcotráfico en lo que se considera uno de los mayores golpes asestados a este tipo de organizaciones.Las investigaciones de la Brigada de Delincuencia Económica y Financiera de la UDEV Central que han durado tres años han permitido desmantelar el complejísimo entramado financiero, sustentado en operaciones inmobiliarias, obras de arte y otros negocios, que esconde cantidades desorbitantes y han puesto a los investigadores sobre la pista de procedimientos para lavar dinero muy novedosos. Los «Vargas», con los hermanos Alfonso y Rodrigo a la cabeza y una interminable lista de esposas, hijos, cuñados y sobrinos como parte del negocio, llevan desde finales de los ochenta afincados en España, aunque sus refinadas actividades financieras datan de finales de los noventa. La Policía colombiana los sitúa en el entorno del cartel de «los Guaras»y está constatada su relación con otros afamados narcotraficantes, tales como el desaparecido Pablo Escobar, dado que no sólo blanqueaban su dinero, sino también el de otras organizaciones. Algunos de sus parientes fueron víctimas de ajustes de cuentas y secuestros en su país, de ahí que decidieran vivir en un lugar más tranquilo y menos incómodo.

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