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Álvaro Delgado-Gal - enquiridión

¿Cuándo se fundirán los reactores?

Sánchez sufre una especie de fanatismo, de diagnóstico complicado

Pedro Sánchez en Jaén EP
Álvaro Delgado Gal

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Una realidad absurda solo se puede resumir acudiendo a un remetido primitivo: el de la enumeración. Al enumerar, no estamos postulando una fórmula oculta que permita deducir cada término del que inmediatamente le antecede. Nos limitamos a yuxtaponer cosas disjuntas, y que cada palo aguante ... su vela. Bien, encaremos el paso de Sánchez por el poder, y empecemos a enumerar. En teoría, Sánchez ha formado una coalición parlamentaria contra natura gracias a la cual factura leyes que luego pone en ejecución . La coalición, repito, es contra natura, pero este no es el punto: el punto es si se trata de una coalición. No voy a ir demasiado atrás. Arranco de la votación de la llamada Ley Laboral, que el presidente había cerrado tras sostener un pulso agónico con el ala podemita de su gobierno. La ley salió adelante por un milagro de Dios. A Casero, diputado del PP, el dedo se le fue hacia el botón equivocado. Los aliados de Sánchez, encabezados por ERC, habían votado en contra. Haciendo balance: la ley prosperó parlamentariamente gracias a los enemigos del gobierno, y no de sus presuntos amigos.

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