Vivienda liquida el plan de 15.000 alquileres asequibles de la Sareb tras su traspaso a la nueva empresa pública

Sobre los suelos incluidos por Sareb en Viena, el plan del departamento de Isabel Rodríguez con ellos sigue siendo el de promover vivienda asequible, pero no con el mismo diseño que trazó el 'banco malo' para levantar esas casas. «La empresa dedicará esos suelos a vivienda asequible pero siguiendo su propio plan», aseguran fuentes del Ministerio de Vivienda a este periódico.

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Antonio Ramírez Cerezo

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Fuentes cercanas a Sareb también confirman el abandono por su parte del Proyecto Viena al no encontrar sentido «a lanzar un proyecto de estas características» que se solape con el de Sepes y más cuando los suelos seleccionados por Sareb para su plan van a ser ahora traspasados a Vivienda. Tras la transferencia, Sareb seguirá teniendo en cartera más de 22.000 suelos, entre los que también se incluyen de uso industrial o rústico, y otros para residencial pero que todavía no están en fase finalista (siguen en trámite burocrático).

A falta de concreciones, previsiblemente Sepes absorberá los suelos de mayor viabilidad que tenía Sareb en cartera, como son los del propio proyecto Viena, y los de su promotora Árqura, cuya venta al sector privado suspendió la entidad propiedad al 51% del Estado a finales del año pasado tras conocerse las intenciones del Ejecutivo de Pedro Sánchez de querer engordar el perímetro de la empresa estatal de vivienda con la cartera de Sareb.

Los suelos del proyecto Viena, aunque no tan potentes como los de Árqura, eran uno de los paquetes más importantes para Sareb, pero sin embargo la primera licitación para construir 3.750 casas no consiguió atraer a ningún inversor y el concurso quedó desierto tras cerrarse el plazo de presentación de ofertas el pasado 20 de enero de 2025. La falta de demanda se justificó por el diseño geográfico de los lotes y el escaso retorno que ofrecía a los promotores interesados. Aún con eso la entidad puso en marcha un rediseño de la licitación del que finalmente ha desistido tras el reclamo de Sepes.

El proyecto Viena contemplaba poner a disposición de empresas privadas los suelos de Sareb para construir vivienda en régimen de alquiler asequible (precios alrededor de un 30% por debajo de mercado) para que luego estas pudieran gestionarlas y sacarle rédito económico durante un periodo de 80 años. Como ventaja para los inversores, la construción de las viviendas podía ser financiada con fondos europeos de recuperación y con dinero del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Tras sacar a Sareb de la ecuación, todos los planes residenciales de titularidad pública quedan en manos de Sepes. Con el título de empresa estatal de vivienda, el Gobierno tiene grandes ambiciones de levantar un imperio del ladrillo asequible que sea intransferible de por vida al sector privado. El traspaso del 'banco malo' es el gran pistoletazo de salida, pero la transferencia será en todo caso gradual a medida de que se vayan adecuando los inmuebles.

En los próximos meses se espera la integración de 13.000 casas, mientras que las 27.000 restantes se irán sumando hasta 2027, año en el que en teoría la Sareb debería desaparecer según se contempló en su creación en el año 2012, cuando nació con el mandato de absorber los activos tóxicos de la banca procedentes de la burbuja inmobiliaria para luego liquidarlos con su venta. En estos momentos, el 'banco malo' tiene disponibles algo más de 37.000 viviendas, menos de las que reclama Sepes, pero el porfolio de Sareb va sumando activos conforme se resuelven procesos judiciales con promotores.

Una vez tengan disponibles las primeras casas, el Gobierno quiere poner toda la carne en el asador y las ofertará a través de un portal inmobiliario propio, una especie de Idealista de vivienda pública en la que los aspirantes a inquilinos «podrán consultar las viviendas disponibles, los requisitos para acceder a ellas y podrán registrar sus solicitudes», según explicaron desde Vivienda en el mes de julio.

La misión de la nueva empresa pública de vivienda es la de operar «en el ciclo residencial completo» empezando por la disposición y urbanización de los suelos hasta la edificación, entrega de llaves y gestión de las viviendas «con el objetivo de garantizar el acceso a una vivienda digna para toda la ciudadanía». Dentro de esa hoja de ruta, Sepes también licitará proyectos de colaboración público-privada como era el Viena.