Los primeros pasos para transferir las Cercanías catalanas llegan en pleno traspaso de poderes en Renfe
El Gobierno nombra a Álvaro Fernández nuevo presidente del operador ferroviario
Óscar Puente coloca a su afín Álvaro Fernández Heredía en la presidencia de Renfe

El Consejo de Ministros confirmó ayer lo que era un secreto a voces. Álvaro Fernández Heredia asumirá la presidencia de Renfe a propuesta del ministro de Transportes, Óscar Puente, con el objetivo de abrir una nueva etapa en Renfe, más acorde a la gestión ... que quiere hacer el pucelano en el operador público, quien además se ha puesto el reto de hacer de Renfe una empresa a la altura de Aena, «en no mucho tiempo». El nombramiento coincidió con la formalización de la petición de traspaso por parte del Govern catalán de la primera línea de Cercanías, una transferencia con la que Fernández Heredia tendrá que lidiar ya en los primeros compases de su mandato.
El nombramiento llega una semana después de que Raül Blanco anunciara su dimisión como presidente de la entidad dependiente de Transportes. Una salida que el catalán justificó por «motivos personales», pero que estuvo empujada por la mano de Puente. «Los dos hemos convenido que necesitábamos un perfil distinto», dijo el exalcalde de Valladolid la semana pasada. Puente también negó tener afinidad con el nuevo presidente de Renfe por proceder de formaciones distintas debido a la vinculación de Fernández Heredia con Más Madrid, pero lo cierto es que la relación entre ambos tiene su origen seis años atrás cuando el segundo fue director de Autobuses Urbanos de Valladolid (Auvasa) entre 2019 y 2023 durante el mandato de Puente en el consistorio pucelano. Una vez asumió los poderes del antiguo Ministerio de Fomento, el vallisoletano lo nombró secretario general de Movilidad Sostenible -le sustituirá Sara Hernández del Olmo en el cargo-, en la parte alta del organigrama de su departamento.
La nueva etapa que quiere abrir Puente en el operador público con este nombramiento dice estar centrada en la gestión del viajero, pero el nuevo presidente deberá lidiar con asuntos más peliagudos, empezando por la relación con Talgo, el principal proveedor de Renfe en Alta Velocidad, con el que la ferroviaria tiene abierta una contienda de más de 100 millones de euros por los retrasos en la entrega de los trenes de la serie 106 (conocidos como los Avril). También tendrá que medrar con Francia para tratar de llevar el AVE a París -las autoridades francesas siguen poniendo trabas a la homologación de los trenes-, y heredará la causa de la anterior cúpula de Renfe de demandar a Ouigo ante la Comisión Europea por hacer 'dumping' de precios.
El reto de Fernández Heredia también será el de hacer rentable a Renfe en un entorno de alta competencia, en el que Ouigo no afloja en la guerra de precios, cuando a partir de mañana tiene previsto sumarse al corredor Madrid-Andalucía, el segundo de más pasajeros para la empresa pública. Como objetivo también tiene el de reducir el número de incidencias protagonizadas en los últimos tiempos con el AVE.
De fondo, también está la negociación con la Generalitat catalana para el traspaso de Cercanías, que empezó a fraguarse este martes tras la aprobación por parte del Govern de la petición al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para excluir del Catálogo de la Red Ferroviaria de Interés General la línea R1 de Cercanías y sea traspasada a la Generalitat. El trámite administrativo fue celebrado por la portavoz autonómica diciendo que el objetivo final es que, a diferencia de lo que ocurre bajo la gestión del Ejecutivo, con el Govern al mando se tenga un sistema de trenes «que Cataluña necesita y merece donde los trenes salgan puntuales cada día». Y reconoció el «trabajo previo» realizado por el Govern de Pere Aragonès (ERC) para llegar al día de ayer, «un día en el que sentimos una especial satisfacción», señaló Sílvia Paneque, porque el traspaso de la R1 es el primero de un camino «que nos tiene que llevar al traspaso completo de Cercanías», cuya primera diferencia con el sistema actual es un cambio de titularidad de la línea. Ahora será de la Generalitat, en lugar del Estado. Aunque Adif mantendrá la gestión de la vía hasta que se lleve a cabo el cambio a Ifercat, para «evitar disfunciones» y cortes de servicio.
Una vez se tenga el control de la R1, aunque no sea completo, pues los tramos de las vías que son de interés nacional no serán traspasados aunque formen parte de la R1, la Generalitat iniciará los trámites para el traspaso de las líneas R2 y R3. Paneque no quiso concretar un calendario sobre estas dos líneas pero puso en valor que en las últimas semanas el Gobierno de Sánchez ha liquidado alrededor de 283 millones de euros para el correcto desarrollo del servicio de Cercanías en Cataluña y recordó que en enero de 2026 estarán «en funcionamiento ordinario» unos 110 trenes nuevos, que ya están en pruebas.
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