El infierno de los transportistas españoles en las carreteras francesas: «No dormimos, tenemos miedo de que nos ataquen»
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Madrid
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Iniciar sesiónLos transportistas españoles afectados se cuentan por miles. La inmensa mayoría de las empresas que exportan a países europeos como Alemania, Países Bajos o Suiza, además de a la propia Francia, lo hacen por carretera. En los camiones se llevan toneladas sobre todo de frutas y verduras ... , pero también preparados alimenticios, productos pesqueros, aceite de oliva y vino a granel, así como cerámica y productos farmacéuticos, por citar algunos ejemplos.
En los últimos días, las protestas de los agricultores franceses, que han copado las carreteras del país vecino, se han saldado con daños a vehículos y mercancías que los afectados coinciden en tildar de «millonarios». No en vano, los piquetes han estado centrados en destruir producto español y atacar a los camiones procedentes de nuestro país.
«Lo primero que hicieron fue preguntarme de dónde venía, y no les valió con que les enseñara los papeles de la descarga que acababa de hacer, con 15 palés de vino. Lo hice con picardía, esperando que así me dejaran seguir al pensar que llevaba el camión vació, pero me obligaron a abrir el remolque, y ahí llevaba 15 palés más», se lamenta Loli, transportista valenciana con casi dos décadas de experiencia al volante.
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Esta conductora de la empresa Exit, que había cargado cartones de vino en Jumilla (Murcia) y que tenía como cometido hacer dos descargas en Francia, recuerda el episodio vivido el miércoles como uno de los momentos más complicados. En su caso, tuvo lugar en la salida de Cavaillon, a 1.000 kilómetros de la localidad murciana donde comenzó su recorrido, y tras dejar atrás el supermercado Aldi en el que tenía que entregar la primera parte de la mercancía: «El vino es carne de cañón. Cuando lo vieron, me volcaron un palé entero y otro casi por la mitad. Se pusieron bruscos, no sé decirte cuántos estaban, pero muchos, y todos los que tiraban el vino lo hacían con la cara tapada. Generan una tensión increíble», cuenta Loli, que atiende el teléfono de camino a la segunda descarga prevista en territorio francés, en Gueux, a donde llegará en los próximos días con la mercancía mermada. «A mí no me hicieron nada, porque me puse histérica y a llorar. Intenté grabar un vídeo para denunciar después a los gendarmes lo que estaban haciendo, y aunque estaba muy nerviosa les grabé dentro del camión y con el vino por el suelo», cuenta Loli visiblemente nerviosa todavía: «Eso no es hacer huelga, es vandalismo. Es hacer daño por hacerlo», denuncia, reclamando también que se refuerce la seguridad: «Me encontré metros más adelante con los gendarmes, les conté lo que había pasado pero no estaban donde tenían que estar para defendernos».
Temor por la mercancía siente también Ahmed, que salió el miércoles de Murcia dirección Castellón para cargar su camión de azulejos y llevarlo a París, cerca del aeropuerto Charles de Gaulle, otra de las zonas donde las protestas han sido estos días más conflictivas. Desde la madrugada del jueves, este trabajador de la compañía ESP Solutions se encuentra parado en La Junquera (Gerona), a más de 700 kilómetros de su punto de partida. «Estoy atrapado para entrar en Francia. El parking donde estoy está vigilado, pero todos los caminos están cerrados y rodeados por manifestantes», cuenta este transportista, que se mantiene en contacto con sus compañeros en territorio francés para conocer cómo está la situación en cada carretera y si puede establecer rutas alternativas. «En los últimos días a mis compañeros les están volcando mercancía y abriendo el camión a la fuerza. Cada día hay más peligro, porque cada día van más fuertes», resume Ahmed, que critica también que «la policía no viene a ayudarte». «Son muy peligrosos», insiste: «No dormimos. Cuando no estamos conduciendo, estamos vigilando para que no nos ataquen, y así no podemos descansar».
Las empresas españolas afectadas por estos piquetes son innumerables. Otra de ellas es Sangotrans, que en estos días se ha visto reflejada en uno de los vídeos que se han colgado y viralizado en las redes por el ataque a uno de sus camiones. «Han atacado dos de nuestros camiones y han agredido al conductor, ante la impasibilidad de los gendarmes», denuncian desde la empresa, insistiendo en el nivel de agresividad que estos días se está viendo en las carreteras francesas: «Si llevan cisterna, la vacían; si llevan cámara frigorífica, la revientan aunque sea a hachazos», se lamentan.
«El temor es que puedan ocurrir hechos más graves»
Según calculan desde la Federación Regional de Organizaciones y Empresas de Transporte de Murcia (Froet), 6.000 de los 10.000 camiones de flota frigorífica con los que cuenta esta comunidad se encuentran bloqueados en Francia de alguna manera. «En su mayoría llevan frutas y hortalizas, y estamos en plena temporada, con todos los camiones fuera», resumen desde la patronal.
El clamor de los transportistas se dirige también al Gobierno. No en vano, la tensión y el tono contra el producto español también ha subido en los últimos días desde el ámbito político.
«Durante estos días las empresas de transporte de mercancías por carretera y sus conductores profesionales están viviendo situaciones límite, puesto que en el país galo continúa la violencia desatada contra los transportistas españoles. Todos los días nuestros camiones sufren asaltos y pillaje y no solo destrozan la mercancía, sino que, además, la roban, algo que todavía es más indignante», denuncian desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que representa a más de 31.000 empresas de este sector.
«Los conductores tienen miedo a circular porque los manifestantes les amenazan y les increpan y, además, actúan con el beneplácito de la Gendarmería que dirigen a los camiones españoles a las zonas donde hay piquetes y presencian todas estas escenas sin hacer nada para evitarlo», apostillan, insistiendo en que tienen «el temor de que puedan ocurrir hechos más graves, puesto que en las protestas están participando grupos que llevan a cabo acciones más contundentes».
Su llamamiento va hacia el nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, pidiéndole que tome cartas en el asunto: «Se están traspasando todos los límites, con un nivel de agresiones y coacciones inadmisible, ante la pasividad de la gendarmería y del Gobierno francés, y lo que es más triste, ante la tibieza del Gobierno de España, del que echamos de menos más contundencia a la hora de aportar soluciones y exigir a Francia la protección de los transportistas de nuestro país», reprochan.
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