El Gobierno contrata a Bank of America para vender una parte mínima de Caixabank

Hace escasos días, este periódico ya informó de que el Ejecutivo, a través del FROB, que es quien ostenta la participación en la entidad financiera, estaba preparando una venta mínima de acciones. Por efecto de las recompras de acciones, el peso del Estado en Caixabank se ha venido incrementando hasta alcanzar el 18,1%. Y el Gobierno no quiere pasar de esa cifra, con lo que se desprenderá de un porcentaje todavía indeterminado para no superar esa cota.

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Cuando Caixabank absorbió Bankia, el Estado se quedó con un 16% de la entidad resultante. Pero ese número se ha visto revisado al alza a causa de las recompras de acciones que ha hecho el banco -igual que el resto del sector-, que son una manera más allá del dividendo tradicional de remunerar a los accionistas.

«Una recompra de acciones es una operación financiera en la que una empresa adquiere sus propias acciones en el mercado», señala la propia Caixabank en su blog. Con la recompra, se reduce el capital social del grupo, lo que hace que aumente el porcentaje de propiedad de cada accionista y también que se incremente el beneficio por título para cada uno.

El banco catalán ha ejecutado varias operaciones de este tipo en los dos últimos años, reduciendo su capital social. Eso ha provocado que el Estado, que es accionista en Caixabank a través del FROB, haya pasado de tener un 16% al 18,1% de la mayor entidad en España por volumen de activos.

En estos momentos el banco catalán tiene en marcha otra recompra de acciones, que además tiene ya bastante avanzada con lo que el peso del FROB continuaría ascendiendo en cuestión de semanas. Para evitar eso, venderán la diferencia para mantenerse en un 18,1%.

Fuentes de mercado, como ya informó ABC, apuntan a que la venta podría rondar el 0,2% de Caixabank y suponer un importe de entre 75 y 100 millones de euros, en función del valor de las acciones. Asimismo, será la primera operación de venta que el Estado hace de esta participación desde 2017. Fue en aquel año cuando se produjo la última enajenación, bajo el Gobierno de Mariano Rajoy. Entonces se vendió un 7% de Bankia por unos 818 millones de euros.

Así las cosas, Caixabank ha pasado de cotizar a menos de dos euros por acción cuando se anunció la absorción de Bankia a superar ahora los 5 euros, lo que da una capitalización bursátil de más de 36.000 millones de euros.

Esta cifra supone que el 18,1% del Estado está valorado en algo más de 6.600 millones de euros, a cierre de mercado del 17 de diciembre. Y el Gobierno ha expresado en varias ocasiones estos meses que todavía le ven potencial en Bolsa a Caixabank, con lo que queda lejana la posibilidad de que el Estado salga o reduzca considerablemente su participación a corto plazo, como sí están haciendo otros países europeos. En teoría, toda la participación debería estar vendida antes de terminar 2025, aunque ese plazo se puede ampliar.