Correos justifica su alianza con Ávoris en su solvencia económica tras ser rescatada
Tilda de «manifestación de previsión y buena gestión» el contrato piloto sellado con su socio, al margen de la ley de contratos públicos, para poner en marcha Correos Cargo
Correos se valió de un contrato irregular para poner en vuelo su avión de transporte de mercancías
Antonio Ramírez Cerezo y Susana Alcelay
Madrid
La puesta en marcha del avión de transporte de mercancías fue aprobado tanto por el consejo de administración de Correos como por la Sepi, y «el hecho de que Ávoris se hubiera acogido al Fondo de Apoyo para la Solvencia de Empresas Estratégicas ... proporcionaba la seguridad de la solvencia económica de la empresa para poder poner en marcha el proyecto, ya que para la obtención de las ayudas del Fondo era preciso no tener la consideración de empresa en crisis». De esta forma justifica el Gobierno en una respuesta parlamentaria a las preguntas de los diputados del grupo Popular Celso Delgado y Víctor Píriz la constitución de Correos Cargo, la aventura más ambiciosa de la presidencia de Juan Manuel Serrano -el que fuera jefe de gabinete de Pedro Sánchez en el PSOE- al frente del operador postal. Un viaje que en 2022, el único año de funcionamiento, dejó unas pérdidas estimadas de 25 millones de euros.
En la respuesta parlamentaria detalla el Ejecutivo que para desarrollar la puesta en vuelo del avión de transporte de mercancías «se contrató a una empresa externa que analizara la viabilidad del proyecto basándose en el modelo de costes proporcionado por Ávoris, con la previsión de un despegue de actividad a partir del segundo año».
Como ya informó ABC, la documentación sobre el contrato revela que la 'joint venture' constituida para poner en vuelo Correos Cargo se formalizó bajo una forma jurídica singular, un acuerdo de desarrollo de una prueba piloto, que la legislación sobre contratación pública reserva en exclusiva a contratos de investigación o innovación y que permite contratar de forma directa y esquivar los principios de libertad de acceso, publicidad y transparencia que presiden cualquier licitación pública y que en este caso se obviaron.
Pues bien, en la respuesta parlamentaria, el Gobierno justifica la 'joint venture' sellada con su socio en el objetivo conjunto de «una actividad económica en la que se comparten ingresos y gastos y se colabora conjuntamente a la realización de la actividad comercial». Añade que «la principal obligación de Ávoris en este contrato (piloto) es poner a disposición las aeronaves adecuadas para la puesta en marcha del proyecto de cargo».
Según la misma respuesta del Ejecutivo, el desarrollo de la línea de Cargo permite tener acceso a oportunidades de negocio, «como por ejemplo vuelos chárter bajo demanda desde diferentes orígenes y destinos y pone en contacto con empresas, de diferentes países y actividades, que se interesan por este mismo servicio en otros destinos». Y añaden que su oferta, basada en transporte aéreo, aduana y reparto, «también genera interés en clientes a los que antes no se tenía acceso y que están interesados en parte de esta, especialmente el despacho de aduanas en España como entrada a Europa». En definitiva, ven este servicio como un producto diferenciador respecto al de otros operadores postales privados que desarrollan su negocio en nuestro país.
Explica el Ejecutivo en su respuesta parlamentaria que el contrato es «piloto porque se quería examinar los procesos y la capacidad recíproca de ejecución adecuada del negocio. Esto hace que fuera por un año prorrogable». Y añade: «Precisamente que fuera piloto servía para examinar la viabilidad del contrato; con lo que es una manifestación de previsión y buena gestión».
Una fórmula excepcional
Como avanzó este diario, las fuentes consultadas explican que el acuerdo piloto fue la salida que encontraron Correos y Ávoris tras hacer aguas la posibilidad de que el operador postal absorbiera la compañía aérea portuguesa Orbest, filial del grupo Ávoris, para poder operar este servicio de transporte de mercancías de forma autónoma. La dirección de Correos optó finalmente por formalizar con Ávoris una alianza bajo la fórmula 'joint venture' y utilizó para ello esa fórmula contractual excepcional.
El 5 de enero de 2022 Correos anunciaba el inicio de las operaciones de Correos Cargo, un nuevo servicio de transporte aéreo de paquetería y mercancías con que se buscaba para el operador postal ser un referente el eje logístico Latinoamérica-Europa-Asia. Entonces se avanzó que el proyecto se llevaría a cabo conjuntamente Iberojet, la aerolínea de Ávoris, que proporcionaría sus Airbus A330 para operar la ruta Madrid-Hong Kong-Madrid. Nada se dijo entonces de la elección del socio, que la Sepi acababa de rescatar unos meses antes con 320 millones de euros. La aventura se convirtió pronto en una desventura. Las pérdidas en el año en el que la alianza estuvo operativa fueron de dos dígitos y el plan de negocio previsto pinchó en todos los aspectos.
Los ingresos brutos se estimaron en cerca de 52,5 millones de euros, pero finalmente fueron de 9,7 milllones. Es decir, se facturó cinco veces menos de lo previsto. Algo que esperaban conseguir al ingresar 252.216 euros de media por frecuencia, pero finalmente generaron 125.503 euros por cada vez que el avión iba y venía de Madrid a Hong Kong. En definitiva, Correos Cargo llegó a perder 200.000 euros por frecuencia cuando el plan de negocio aspiraba a conseguir un rendimiento neto de más de 8.000 euros por viaje ida y vuelta.
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Retrasos en la obtención de licencias, aviones con carga solo en bodega ... el descontento de Correos con Ávoris llevó a la empresa pública a no ejecutar la prórroga del contrato con su socio y finalmente el 15 de diciembre, fecha en la que caducaba el contrato, se puso fin al acuerdo. Un día después, la SEPI anunciaba que la empresa turística devolvía los 320 millones de euros prestados en la coyuntura del Covid.
Aunque no están todas las cuentas saldadas. Como ya publicó este periódico, los antiguos socios discrepan por las condiciones de la liquidación del contrato y en especial sobre el reparto del agujero generado durante el año de operativa.
Rumbo a Iberoamérica
Con todo, Correos no desiste en su empeño de impulsar el negocio de carga aérea. La directiva de la empresa pública, con Juan Manuel Serrano al frente, quiere lanzar ahora su operativa hacia Iberoamérica y ya está en busca de fórmulas que eviten el fiasco de la primera intentona, como así avanzó en una respuesta parlamentaria a una pregunta del Grupo Popular sobre el rendimiento de Correos Cargo. La empresa postal justifica la insistencia tras haber conseguido operar al 100% entre Madrid y Hong Kong.
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