China y EE.UU. se enredan por los chips, las 'piedras preciosas' de la era digital
Los semiconductores, vitales para la fabricación de 'smartphones', coches y demás dispositivos electrónicos, han sido protagonistas de la guerra comercial entre ambas potencias
Trump amenaza con aranceles del 100% a los fabricantes de chips que no produzcan en EE.UU.
Jaime Mejías
A pesar de la tregua de 90 días pactada por Estados Unidos y China, que pone en pausa los aranceles mutuos que se impusieron, la guerra comercial entre las dos mayores potencias del mundo está lejos de haberse resuelto. Ambos países libran una ... suerte de guerra fría, a nivel comercial, por multitud de bienes y productos que ansían controlar en el plano global. Uno de ellos, probablemente el generador de mayores fricciones, son los semiconductores, chips de alta tecnología necesarios para fabricar teléfonos inteligentes, neveras o coches, entre otros cientos de productos.
Dado su papel protagonista en la industria tecnológica, los chips han saltado al primer plano de las tensiones comerciales. Si cabe, han cobrado aún más importancia recientemente, a causa de su relevancia para la industria de la inteligencia artificial (IA). El comercio entre Estados Unidos y China en lo que respecta a chips existe, pero se ve tremendamente limitado, principalmente por la desconfianza entre ambos países. La cuestión lleva meses desarrollándose, y el protagonista del último capítulo es EE.UU.
Tal y como ha desvelado Reuters, Estados Unidos incluyó, sin revelárselo a China, localizadores dentro de cargamentos de chips fabricados por Nvidia y AMD, con el fin de evitar «el desvío ilegal de estos productos» a China, hacia donde Estados Unidos prohíbe la exportación de casi todos los semiconductores que fabrica. Según añaden las fuentes consultadas por Reuters, estas medidas solo aplican a una serie de envíos seleccionados para la investigación, pero no deja de ser representativo que Estados Unidos desconfíe de esta manera de su potencia rival.
Medios chinos afirman que los chips de Nvidia «no son seguros»
Jaime MejíasUna cuenta afiliada a CCTV, la televisión estatal del país, ha afirmado en redes que los chips podrían tener un mecanismo para ser apagados de forma remota
China también desconfía
Lo cierto es que no solo Estados Unidos ha manifestado desconfianzas hacia China en lo que respecta a los chips. La pasada semana, medios vinculados a la televisión estatal china afirmaron que los chips H20 de Nvidia, los únicos fabricados por la compañía cuya exportación a la potencia rival se permite, ya que fueron desarrollados expresamente para ello después de que la administración Biden impusiera a principios de 2023 restricciones a estos productos, presentan «serios fallos de seguridad».
En concreto, la Administración del Ciberespacio de China (CAC), el organismo encargado de supervisar y regular el sector tecnológico en el país, expresó a representantes de Nvidia su preocupación acerca de que los chips H20 incluyesen «fallos de seguridad que pudiesen permitir el acceso o control remoto», convocándolos a una reunión para clarificar el asunto. La cuestión va más allá, pues medios de comunicación chinos han llegado a afirmar que los dispositivos cuentan con mecanismos para forzar su «apagado en remoto», lo que representaría un riesgo incalculable para las compañías que hiciesen uso de ellos.
A pesar de que Nvidia ha negado tajantemente dichas acusaciones, los rumores pueden haber hecho ya mella en el mercado chino, acelerando la tendencia de las empresas tecnológicas del país a escoger fabricantes nacionales, agravada a causa de la existencia de alternativas más avanzadas tecnológicamente que los H20, los únicos chips de Nvidia accesibles para el mercado chino.
Las vueltas de Trump
Por otra parte, el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, parece no dormir tranquilo ante el panorama de que una compañía estadounidense como Nvidia, la cotizada más valiosa de la historia, exporte semiconductores a China. En línea con el aislacionismo económico que ha convertido en su bandera, en mayo de este mismo año el presidente de EE.UU. tomó la decisión de prohibir la exportación de los H20 a China, nacidos con este propósito, tratando de castigar a su potencia rival.
Sin embargo, a través de la mediación de Jensen Huang, CEO de Nvidia, que realizó el pasado mes una extensa gira por China con el fin de evitar perder un mercado vital para la compañía, y tras una conversación entre ambos, Trump decidió dar marcha atrás. Sin embargo, el presidente se aseguró de reservarse un reducto de control sobre las ventas de la compañía a China. Tal y como se conoció el pasado lunes, Trump terminó dictaminando que el 15% de los ingresos de Nvidia, al igual que los del fabricante AMD, por la exportación de estos productos al gigante asiático serían para el Gobierno.
Salvar al soldado Intel
Esta estrategia responde a la acuciante necesidad que tiene Trump por revitalizar el mercado de producción de semiconductores a nivel nacional. Otra de las manifestaciones de esta intención son los recientes comentarios realizados por el presidente hacia el nuevo CEO de Intel, Lip-Bu Tan, acusándolo de sufrir «un conflicto de intereses» que lo hace incapaz de liderar al histórico fabricante de chips estadounidenses, a causa de su pasado como inversor en tecnológicas, algunas chinas, lo que puede convertirle en una suerte de polizón.
Sin embargo, Tan despejó con celeridad las dudas del presidente en un comunicado, y se reunió con Trump en la Casa Blanca para acercar posturas. Tras este encuentro, Trump llegó a declarar que la trayectoria del ejecutivo era «increíble», por lo que parece que surtió efecto. Incluso, como publicó Bloomberg, Estados Unidos negocia con la tecnológica entrar en su accionariado, algo que supondría un espaldarazo para la compañía.
Lo cierto es que Intel atraviesa una difícil situación económica, habiendo presentado a finales del pasado mes de julio sus resultados del segundo trimestre de 2025, que arrojaron una caída del 8% en el beneficio bruto de la empresa, a pesar de que los ingresos se mantuvieron.
La compañía anunció a finales de julio la decisión de recortar el 20% de su plantilla, después de la abrupta despedida de su anterior CEO, Pat Gelsinger, antes de poder culminar su estrategia de cuatro años pararevitalizar la compañía. El nombramiento de Tan se produjo después de meses sin un liderazgo claro, y aún está por ver si Trump confía en el malayo para convertir a Intel en bastión de la industria de semiconductores 'Made in USA'.
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