Las empresas y el talento empiezan a perder el miedo a romper los moldes
La creatividad, convertida ya en una habilidad transversal esencial, se puede entrenar a nivel individual y fomentar desde las compañías
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Alberto Velázquez
En tiempos de ‘soft skills’, de ‘habilidades transversales’, instituciones como LinkedIn sitúan a la creatividad en sus informes de tendencias como una de las capacidades y necesidades propias del desarrollo empresarial del siglo XXI , junto a otras consideraciones como la gestión del tiempo, la capacidad de trabajar en equipo, la adaptabilidad al entorno o la resiliencia ... . Un concepto tan genérico (incluso etéreo) que, sin embargo, se aplica cada día no solo en startups, sino en grandes corporaciones, más allá del marketing y la publicidad , para recorrer los distintos departamentos de sectores como el de la automoción, el ‘retail’ y, por supuesto, el tecnológico.
En opinión de Juanjo Amorín , fundador y presidente ejecutivo de Edix, el Instituto de Expertos digitales de UNIR, especialistas en formación online práctica, « la creatividad es esencial para llegar a la disrupción , sea a través de su aplicación a un diseño de producto, a un modelo de negocio, etc. Y no hay innovación sin disrupción». Un camino, progresivo y colaborativo, de transformación y mejora más allá del mero ‘efecto Wow’, en el que cuentan las capacidades innatas de cada cual, pero que también ofrece posibilidades de aprendizaje , sobre todo en el terreno práctico, a través de metodologías y conceptos como, entre otros, ‘brain storming’, ‘design thinking’, ‘gamificación’, metodologías ágiles, mapas mentales, o la metodología Scamper (Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Poner otro uso, Eliminar y Reorganizar).
Como considera Amorín, las empresas deben perder el miedo a permitir que la creatividad recorra sus estructuras: « Se puede llegar a puntos inimaginables, siempre que los consejos de administración, conservadores por naturaleza, den el paso . No hay que temer, por ejemplo, desmontar pieza a pieza un concepto para luego montarlo de otra forma. Durante mis 25 de años de experiencia en creación de empresas digitales lo he hecho así, más en la actualidad, donde detectamos que no había formación adecuada para los ‘obreros digitales’ del siglo XXI , en la que tenemos muy en cuenta la creatividad como concepto esencial». Tan esencial que las consultoras especializadas sitúan a este vector como uno de los principales a la hora de impulsar el crecimiento.
Un trabajo conjunto
Sobre el terreno, la creatividad parte del individuo y se forja en equipo, mejor aún cuando se aplica en un contexto de transversalidad , en el que se pierde el miedo a que, por ejemplo, alguien de Recursos Humanos opine sobre algún proceso del departamento de tecnología. Como señala Fernando Guijarro , director general de Morgan Philips Talent Consulting: «Es más importante el contexto que la metodología. Debe haber un modelo de liderazgo, un propósito, y comunicación para estimular el trabajo en equipo . Se puede pensar, por ejemplo, en ideas como un ‘escape room’ para evaluar candidatos a un puesto, pero hay que dotar a esta acción de sentido para saber si va a ser fiable, aplicable».
Diana Pinos , como experta en creatividad e innovación y fundadora de Creativikit, el primer kit de entrenamiento creativo de alto rendimiento, destaca la necesidad de perder el miedo a ‘perder el tiempo’ : «Para poder llegar a una idea innovadora, necesitamos haber tenido previamente muchas ideas. Por eso, para innovar es muy importante empezar con un proceso creativo, que nos aporte flexibilidad e imaginación. De hecho, cuando aplico procesos de innovación a las empresas, percibo una ansiedad muy grande por dar respuesta muy rápidamente con nuevos proyectos, nuevas ideas y maneras de hacer las cosas».
‘Innovación= Empatía + Creatividad x Acción’ es la fórmula propuesta por la consultora para generar nuevas ideas y para ponerlas en práctica. «Una cultura de innovación en la empresa –comenta– tiene que estar precedida de una cultura de la creatividad, que llevará a todo el ecosistema de la compañía a sentirse libre para pensar diferente. Por eso, es necesario estimularla en todos los aspectos, no solo entre los directivos o en el departamento de innovación , sino en todos los empleados de la organización, para que las ideas vengan desde todas las áreas. De esa manera, aportarán mucho más valor».
Las propuestas de creatividad chocan, como apunta Guijarro, con «la resistencia al cambio como primer obstáculo , por autocomplacencia, por temores a lo desconocido o modificar algo que funciona». La satisfacción de los clientes, o de los propios empleados, puede propiciar esta oportunidad de co-creación en equipos multidisciplinares que, como subraya el especialista, son «cada vez más comunes en el podio de las startups y en la empresas cotizadas, todas invierten en estrategias relativas a la creatividad, en suma, a la innovación».
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