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El coronavirus también se ceba con la ganadería española

El cierre de restaurantes y hoteles condena a los productores a una situación crítica por el descenso de las ventas y el hundimiento de los precios, que ya son inferiores a los costes de producción que tienen que asumir para mantener en pie las explotaciones

Uno de los sectores más castigados es el del ovino y el caprino, del que viven unas 150.000 familias en España
Laura Montero Carretero

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Las medidas adoptadas para frenar el avance del coronavirus han golpeado con fuerza a los ganaderos de nuestro país que, cada día, acuden a sus explotaciones para cuidar a unos animales que después serán malvendidos o, en el peor de los casos, ... ni siquiera encontrarán comprador. El cierre de restaurantes y establecimientos hosteleros les sitúa en una posición delicada : carnes como el cordero, el lechazo, el cochinillo o el vacuno más selecto, muy vinculadas al canal horeca, han sufrido una notable caída en la demanda que, a su vez, ha contagiado a los precios. A pesar de todo, los productores no pueden parar . Su actividad es esencial para la sociedad. Son el primer eslabón de la cadena, el que alimenta España y el que, pese a la emergencia sanitaria, resiste para garantizar que las estanterías de los supermercados sigan llenas.

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