Cinco claves sobre el empleo en el sector inmobiliario poscoronavirus

1. Reformas paralizadas . Aunque la cuarentena posibilitó que en muchas empresas del sector los trabajadores pudieran acogerse al teletrabajo, en otras compañías no fue tan sencillo. En este sentido, las agencias de intermediación y la comercialización de obra nueva continuaron operando desde casa, pero las obras de rehabilitación y reforma fueron las más afectadas, ya que quedaron completamente paradas. Es ahora cuando se está volviendo a retomar la normalidad.

2. ERTE en agencias . Un reciente análisis de las Asociación Profesional de Expertos Técnicos Inmobiliarios estima que cerca de un 15% de las agencias de intermediación han presentado un ERTE debido a la congelación de las compraventas de segunda mano durante las primeras semanas del estado de alarma. La reactivación de las visitas ha supuesto un alivio. De hecho, la figura del asesor inmobiliario cobra protagonismo en estos momentos, dado que hay un perfil inversor que aprovechará la situación actual.

3. Obra nueva en auge . Ante la pérdida de empleo del turismo y la hostelería, la construcción se vislumbra como uno de los sectores que podría absorber parte del paro que sacudirá ambos sectores. Además, el déficit de vivienda nueva es acuciante, sobre todo, en determinadas ciudades, así que todo indica que el motor de la construcción trabajará a pleno rendimiento en los próximos años. Para paliar esta falta de inventario, habría que contratar alrededor de 700.000 trabajadores.

4. Intermediación financiera . Las entidades bancarias ya estaban aplicando un férreo control de riesgos a la hora de conceder hipotecas para la compra de vivienda. Tras el coronavirus, la revisión de estos criterios dará una nueva vuelta de tuerca. Es por ello que la figura del intermediador financiero ganará puntos, puesto que los potenciales compradores necesitarán realizar cálculos precisos acerca del nivel de endeudamiento que pueden asumir.

5. Proptech en alza . Si algo ha demostrado esta crisis sanitaria es que la tecnología es la mejor aliada del sector inmobiliario, y no solo como algo puntual o un simple valor añadido, sino como un recurso que debe consolidarse a largo plazo, e incluso, ser el punto de partida. La digitalización de las empresas inmobiliarias es ya una realidad, así que los empleos que pongan en relación la actividad residencial con materias como el big data, la inteligencia artificial o la realidad virtual estarán en boga.