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El G-7 logra de EE.UU. y Francia un pacto para subir impuestos a las tecnológicas

Pese a las dudas sobre su viabilidad futura, las grandes potencias se comprometen a una tasa Google global para 2020

Todos los miembros del G7 miran con desconfianza a la criptomoneda de Facebook EFE
Juan Pedro Quiñonero

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Jalón histórico para la nueva fiscalidad mundial del siglo XXI: los ministros de finanzas y los banqueros centrales del G7 (EE. UU., Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón) han firmado en Chantilly, al norte de París, el principio de acuerdo que culminará en la creación de nuevos impuestos y reglas fiscales que deberán respetar los gigantes tecnológicos, la mayor parte norteamericanos, comenzando por los GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon).

Tras dos días de trabajos, miércoles y jueves, Bruno Le Maire, ministro francés de Economía y Finanzas y antiguo candidato conservador a la presidencia de la República, anunció el acuerdo en estos términos: «Se trata de una decisión mayor, el primer paso para poner en marcha una fiscalidad mundial más justa y eficaz . Un acuerdo ambicioso. Nos hemos puesto de acuerdo en la necesidad de adoptar reglas fiscales comunes, con el fin de imponer una nueva fiscalidad a las actividades numéricas que crean valor sin presencia física en los países donde se desarrollan».

Con mesura verbal, sin avanzar nombres de ninguna compañía, el ministro francés subraya lo esencial: los gobiernos de los siete grandes países occidentales han fijado la matriz de un proyecto de nueva fiscalidad común, internacional.

Establecida la matriz fundacional del proyecto, todavía queda por realizar un trabajo político, jurídico y administrativo, que será objeto de nuevas transacciones multilaterales. Queda en suspenso un punto esencial: el montante exacto de los nuevos impuestos y tasas que deberán pagar los GAFA y el resto de las grandes empresas mundiales tecnológicas.

Los ministros del G7 han trasladado a la OCDE el proyecto propio, pidiendo a la organización que redacte un primer esbozo de la futura arquitectura fiscal mundial. A partir de esa primera «maqueta», el G7 continuará sus trabajos y concertación, para terminar proponiendo un proyecto común al G20, hacia la primavera o verano del 2020.

Tras el acuerdo, a la espera de los trabajos de la OCDE por venir, Washington y varios países europeos siguen defendiendo sus proyectos propios de soberanía fiscal. Francia adoptó definitivamente el pasado día 11 de este mismo mes de julio la llamada tasa Google «a la francesa» un impuesto del 3 % sobre todos los negocios que realizan en Francia los gigantes tecnológicos. Emmanuel Macron justificó el proyecto apelando al respeto de la soberanía fiscal de Francia.

Donald Trump respondió a Macron anunciando una «investigación» que coquetea con el fantasma de la guerra comercial. Sin embargo, el Reino Unido y España anunciaron en su día proyectos propios de tasa Google o tasa GAFA, muy semejante a la francesa.

El consejo de ministros de finanzas del G7 ha «desactivado» provisionalmente los riesgos de enfrentamientos comerciales, dejándolos en suspenso. Mientras la OCDE trabaja en el futuro proyecto de imposición internacional de los GAFA, Washington, París y el resto de las capitales aliadas trabajan en otros proyectos comunes. El G-7 ha arañado así, al menos de momento, el apoyo de EE.UU.

Temor a que pierda fuelle

El G7 de Chantilly también confirmó la determinación común de los siete grandes occidentales de rechazar la Libra, el proyecto de moneda de Facebook, que François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, analiza de este modo: «Todos somos muy conscientes de que debemos trabajan en común. Las ambiciones mundiales de proyectos como la Libra de Facebook plantean problemas que afectan a todo el sistema de pagos internacionales».

En el inflamable terreno bilateral, que sigue enfrentando a París (Macron) y Washington (Trump), el ministro de finanzas de Francia (Bruno le Maire) y el secretario del Tesoro de los EE. UU. (Steven Mnuchin) sostuvieron varias reuniones de trabajo, intentando poner «coto» a los enfrentamientos bilaterales. Ninguna de las partes cede por completo . Pero la batalla bilateral y fiscal de la imposición de los GAFA se diluye en el proyecto que deberá «armar» la OCDE, para primeros del 2020.

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