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Colau frena el crecimiento turístico de Barcelona

Ordena una moratoria en la apertura de hoteles y paraliza inversiones

Colau frena el crecimiento turístico de Barcelona Toni Garriga

àlex gubern

Ada Colau, en su primera decisión de calado desde que fuese nombrada alcaldesa de Barcelona, ordenó ayer la suspensión de licencias turísticas en la ciudad , lo que se traduce en la imposibilidad de abrir nuevos hoteles, aparthoteles, apartamentos turísticos, pensiones, hostales, viviendas de uso turístico, residencias de estudiantes y albergues juveniles durante al menos el próximo año. La moratoria, incluida en el programa electoral de la plataforma Barcelona en Comú (BComú), se daba por descontada entre un sector que, pese a ello, teme que el discurso hasta cierto punto «turismofóbico» que practican Colau y su equipo ponga en aprietos a un turismo que aporta nada menos que el 14% del PIB barcelonés y genera unos 120.000 puestos de trabajo , de los cuales 25.000 directamente en los hoteles.

Por lo pronto, la medida afectará a 30 licencias en trámite y a las nuevas peticiones que podrían formularse, una suspensión que al menos durará doce meses pero que podría prolongarse hasta 24. Es el tiempo mínimo que el Ayuntamiento de la ciudad se ha otorgado para redactar un Plan Especial con el que pretende analizar y regular un sector que, pese a la vital aportación que hace a la economía de la ciudad, también causa importantes molestias en aquellos barrios más expuestos a la sobrepresión que generan los 7,5 millones de turistas que llegn anualmente: particularmente Ciutat Vella y el Eixample .

Colau, en una comparecencia pública, aseguró que la medida no se adopta contra el turismo, sino que por el contrario pretende «cuidarlo, mimarlo y hacerlo sostenible en el tiempo» , recordando que el éxito de la ciudad en este campo causa también «desequilibrios». Es pretensión del Consistorio analizar medidas que, como aseguran, permitan un «reparto equitativo» en los barrios de los beneficios que aporta el flujo de visitantes. «Gremio de Hoteles, vecinos y turistas saldrán ganando», insistió la alcaldesa.

Mientras esto suceda, la moratoria echa el freno a importantes proyectos que había en marcha en la ciudad -perdiéndose con ellos los puestos de trabajo asociados-, y aunque resulta imposible conocer cuál es el volumen de inversión que queda en suspenso, fuentes conocedoras hablan de cientos de millones.

Capacidad legal

Públicamente, el sector -al igual que hicieron las patronales cuando ganó Colau las elecciones- opta por la prudencia, asumiendo que, a diferencia de otras proclamas de BComú en campaña, para las que el Consistorio no tiene competencias, en el caso de la concesión de licencias sí dispone de esa capacidad legal .

Así, y ante la la política de hechos consumados , el sector hasta apludía ayer una medida que acaba con un «estado de incertidumbre total». Desde el Gremio de Hoteles se señalaba al respecto que la redacción del nuevo Plan Turístico debe aprovecharse para atajar de una vez la proliferación de apartamentos vacacionales ilegales (el 25% del total, según un reciente estudio de Esade), una competencia desleal que, además, es la que genera más problemas de convivencia con los vecinos. También se pronunció la patronal de los apartamentos, Apartur , que aplaudió por contra que la moratoria, ya vigente para ellos desde el pasado mandato, se extienda también ahora a los hoteles.

Los grupos políticos de la oposición criticaron la decisión. El PSC , que gobernó durante la explosión turística de los últimos años, pidió medidas más contundentes, acusando a Colau de posponer el problema. El grupo de CiU lamentó la pérdida de puestos de trabajo, mientras que el PP acusó a Colau se paralizar una de las actividades económicas más importantes de la ciudad. La Generalitat , por su parte, vio «tics autoritarios» en la orden de moratoria dictada en Barcelona.

Inversiones en el aire

Son varios los proyectos que paraliza la medida anunciada por Colau. Uno de los más relevantes, la t ransformación en un hotel de lujo de la Torre Agbar –el edificio en forma de obús diseñado por Jean Nouvel–, adquirida por el fondo Emin Capital por 150 millones de euros. El objetivo, que la cadena Hyatt (una de las grandes firmas internacionales aún sin presencia en la ciudad) abriese un establecimiento de lujo de más de 400 habitaciones.

Otro de los proyectos que quedan parados –en este caso ya se sabía que el Consistorio no iba a autorizar el cambio de usos urbanísticos necesario para ello– es el que encabezaba KKH . El fondo de inversiones pagó 90 millones por la Torre Deutsche Bank –en la codiciada esquina de Paseo de Gracia con Diagonal– para instalar allí o un Four Seasons o un Kempinski .

Otro de los proyectos que queda paralizado es la transformación de la antigua sede de Henkel en hotel , paradójicamente en una zona, el barrio del Camp d’en Grassot, ahora con poca densidad de establecimientos y que cumpliría el criterio de descentralización turística del que hace bandera Ada Colau.

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