Alcaraz choca con un inspirado y tenaz Lehecka en los cuartos de Doha

Lehecka, 23 años y 25 del mundo, es un jugador durísimo, que ha tenido algo de mala suerte con las lesiones, pero que cuando está en plenas condiciones sacude con saña. En este 2025 ha cosechado doce victorias y dos derrotas y se presagia un mejor futuro. Sobre todo si atendemos a la puesta en escena ante el español; con algo de nervios al inicio -perdió su saque en el tercer juego-, pero con alardes de campeón para recuperar el 'break' enseguida y consiguiendo el suyo propio en el sexto juego, desequilibrando las fantasías de Alcaraz y obligándolo a reconducir la ruta del triunfo.

El checo soltó en el camino muchas espinas, fruto de sus derechazos planos, saques a 224 kilómetros por hora y restos que dejaban sin reacción a Alcaraz. Y, además, hubo más errores de la cuenta con el servicio del español, un poco de precipitación y algún traspié a la hora de elegir los golpes, bien leídos por el checo. Por momentos, un espejo de estilos y potencia.

Un gran rival para este Alcaraz que sigue creciendo en recursos, actitud y compostura. Alumno aplicado siempre, tocaba encontrar el modo de disminuir las desconexiones y apelar al esfuerzo cuando la magia no tenía cabida, bien por él mismo, bien por el rival. Y, campeón en Róterdam, llevaba un torneo y medio de mejora constante. A pesar de los errores y ese 6-3 en contra en 45 minutos, ni un mal gesto ni un enfado, solo asentimientos con la cabeza, y miradas al palco, donde está Samuel López en lugar de Juan Carlos Ferrero, para transmitir que todo está bien, que sigue allí, que no se ha ido, que acabará encontrando la solución porque él sí tiene más nivel y Lehecka ha dado ya todo lo que tenía. O eso pensaba.

Paciencia, confianza y mono de trabajo hasta que llega la inspiración, la contundencia y la seguridad (32 ganadores, 25 errores, por los 18 'winners' y 36 fallos del rival). En cuanto salta de nuevo a la pista tras los dos minutos para digerir qué ha pasado en el primer set. Aumenta el porcentaje de primeros, encuentra los huecos en el rival, acelera la derecha y hace temblar al rival. Un 'break' para confirmar lo que su tenis ya decía desde hacía tiempo, a pesar de caer en el primer set, y la agresividad como guía para igualar el choque en el marcador. El 'vamos', el puño y la sonrisa presagiaban ese cambio de tendencia.

Pero siguió percutiendo el checo, saques supersónicos y restos imbatibles, sin ceder a pesar de que, por momentos, Alcaraz iba crecido, concentrado, explosivo, inspirado, con la magia despierta para crear oportunidades, y una rotura en el quinto juego, con piernas largas y brazo firme. Puntos a lo Alcaraz que parecían minimizar a Lehecka, sobre todo con la opción de ponerse con 5-2 y saque. Pero la dejada se queda corta.

Y el checo, al mil por cien en cada punto, se mantuvo firme, valiente, pegador, un muro hasta las últimas consecuencias, para incluso recuperar el 'break' en el octavo juego y encadenar golpes de renombre que hacen temblar a Alcaraz, que no acaba de rematar sus oportunidades, anclado en aquella oportunidad que no pasó la red.

Son apenas unas pequeñas dudas, un ligero bajón en el nivel, pero que aprovechó el checo con mano de hierro y que ya no soltará hasta el final. En el igual a igual de potencia y velocidad, Alcaraz queda anclado en aquella oportunidad, sin opción de volver a sumar ni un solo juego más mientras triunfa la tenacidad de Lehecka, que encadena cuatro. Un triunfo de pedigrí para el checo, primero sobre un top 3 y confirmada su candidatura a todo en pista rápida; una derrota con deberes para el español, que tendrá que resetearse para lo que llega en marzo: los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami.