Djokovic confirma su reinado en 2011

Nadal sabía que sus opciones pasaban por su mente. «No creer te hace tener menos posibilidades. Si crees, corres más» , afirmó el manacorí. Y en muchos momentos lo hizo, poniendo en aprietos al jugador de Belgrado. Pero no fue suficiente. Djokovic es el rey indiscutible del 2011.

El primer set fue una metáfora de la barrera mental que ha separado, este año, al español del serbio: después de que Nadal ganara los dos primeros juegos del partido, Djokovic no se inmutó y consiguió un parcial de seis juegos a cero. Nadal, mientras, se mostraba impotente. No estaba cómodo. Rafa erraba su primer servicio: durante la primera manga, tuvo un porcentaje de acierto del 57 por ciento. Ante los segundos saques, el serbio restó implacable y su juego de fondo se impuso. La fortaleza mental de Djokovic comenzó a inclinar la balanza y su confianza seguía creciendo.

Sin embargo, si hay alguien capaz de afrontar un resto así ese es Nadal, y durante la segunda y tercera manga demostró otra actitud. El manacorense afinó la puntería de su primer servicio y exigió más intensidad a Djokovic. En el peloteo, sus golpes eran más planos y profundos y muchos puntos largos caían de su lado. Así consiguió romper el saque del serbio en el inicio del segundo set y empatar a cuatro juegos cuando Djokovic vencía por cuatro a dos. Aún así, la diferencia era visible: a Nadal le costaba más esfuerzo obtener los puntos.

La confianza del serbio en su victoria era decisiva. Cuando Nadal tuvo tres bolas para hacer tres juegos a cero en la segunda manga, Djokovic arriesgó al resto con golpes ganadores. Y no falló. Su juego acompañaba a su mente ganadora.

El tercer set fue un homenaje al tenis. Nadal aumentó su agresividad y tomo la iniciativa con su golpe de dercha. En una manga para la historia, el español consiguió imponerse en el tie break por siete puntos a tres. Pero el esfuerzo acabó con sus fuerzas y Djokovic aprovechó para arrasar en el cuarto set por 6-1. Djokovic confirmó su reinado. Pero Nadal estuvo a la altura del reto.