US OPEN
Nueva York también estrena campeona
El triunfo de la australiana reabre las críticas a un circuito sin líder
LAURA MARTA
Se encogió sobre sí misma, dobladas las rodillas buscando refugio cuando todos los ojos la miraban, acudió a su palco y preguntó sin palabras si había ganado el partido. Entre las luces de la Arthur Ashe surgió anoche una nueva heroína del tenis. Samantha ... Stosur . Otra cara para inmortalizar besando un trofeo de Grand Slam. Un nombre más que se cuela en un circuito siempre martirizado por el estigma de no tener figuras que dominen a la vez los puntos y los torneos.
Pero Samantha Stosur se ganó el aplauso con merecimiento y con tenis. Contra viento, lluvia y parones, la australiana rompió récords de duración en sus partidos —3 horas y media contra Petrova y 15-13 en el tie break contra Kirilenko— hasta alcanzar la segunda final de Grand Slam de su carrera (la anterior fue Roland Garros en 2009).
Después de su maratoniano torneo, Stosur levantó el trofeo en un partido corto, pero intenso. En 75 minutos, la australiana dejó constancia de su poderío con la derecha, hacia todos los lados menos al que se espera la rival, y doblegó a Serena Williams con un contundente 6-2 y 6-3 . «He tenido muy buenos partidos, pero en estas circunstancias, es sin duda el mejor día de mi carrera», comentó la campeona. En la memoria de sus seguidores quedan los 20 golpes ganadores, su fortaleza con la derecha y su tenis más de ATP que de WTA.
En este año anárquico con una ganadora diferente en cada Grand Slam (Kim Clijsters en Australia, Li Na en Roland Garros, Petra Kvitova en Wimbledon y Stosur), las críticas sobre la inconsistencia del tenis femenino vuelven a surgir. Especialmente furibundas contra Caroline Wozniacki , número 1 sin títulos mayores, que ya tuvo que defenderse tras caer en tercera ronda el pasado Roland Garros: «Si estamos ahí arriba, será que algo estamos haciendo bien».
Sin Williams ni Federer
Este baile de nombres no acababa de convencer y parecía que la afición, y la prensa, demandaba la vuelta del equilibrio Williams , bien Serena, bien Venus, para reconocer los rostros de las campeonas. Sin embargo, lo que más perdurará de la final del Open de Estados Unidos 2011 no será el fantástico saque de Stosur, sino los gritos de Serena hacia la juez de silla, que han sido penalizados con 2000 dólares de multa . Y esto no lo necesita el tenis femenino.
Es un 2011 en el que ningún Grand Slam lleva el apellido Williams. Y tampoco el de Federer en un cuadro masculino donde la rivalidad siempre ha sido dual, en oposición al femenino, y que también fue criticado porque no dejaba opciones a nadie más . Hasta la llegada de Novak Djokovic.
Seguirán las críticas, pero permanecerá el buen tenis, de la número 1, las Williams o de quien esté mejor en ese momento. El sábado fue el de Stosur. Para ella el merecido triunfo.
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