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Ancelotti, abrazando a Kroos tras ser cambiado reuters
Rubén Cañizares

Rubén Cañizares

Enviado especial a Londres

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Primero se fundió en un sentido abrazo con su hijo, luego disfrutó de la celebración y del momento de la entrega de la copa como si fuera un jugador más, después fue manteado por sus futbolistas y, por último, se echó un baile con ellos. Ancelotti va a cumplir 65 años la próxima semana, pero parece que tiene 20. Es el Benjamin Button del fútbol. «Era difícil pensar que en tres años podíamos ganar dos Copas de Europa, dos Ligas, con un equipo que está cambiando. Para mí ha sido un regalo el hecho de volver al Madrid, intentando sacar mi mejor versión»

El italiano reconoció la mala primera parte de su equipo, pero eso no le hizo entrar al descanso enfurecido. Con su habitual mano izquierda y cuenta hasta diez, buscó solución a una primera parte vaga, como él la calificó: «No necesitaba enfadarme al descanso. Necesitaba aclarar las cosas. Ellos lo habían hecho muy bien y nosotros no hemos tenido equilibrio para manejar sus transiciones. No estuvimos bien colocados y por eso cambiamos sistema. Eso nos ayudó y la actitud de la segunda parte también fue mejor».

Como ha sido buena la actitud y aptitud de su hijo Davide, que esta semana confesaba en una entrevista a ABC que trabajar junto a su padre le permitía cosas que quizás no podría hacer con otro entrenador: «Tengo un hijo asistente, sí, y somos una familia. Trabajar en una familia es mejor que trabajar en una industria. El hecho de que mi hijo esté a mi lado es porque él me puede decir cosas que otros no me pueden decir».

El italiano, que le pone un 10 a la temporada del Madrid, agradeció a Kroos estos diez años en el Madrid y le dejó un último mensaje, por si acaso: «Le he dicho que si cambia de opinión, aquí estamos».

El que sí estará seguro la próxima temporada es Carvajal. MVP de la final. Estaba eufórico: «Estoy muy feliz por conseguir otra copa de Europa y poder aportar un gol en una final de Champions. Está siendo un día soñado. Entrar en ese club tan selecto de seis jugadores con Copa de Europa… y, encima, he disfrutado la seis como titular, en el club de mi vida. Cuando ha pitado el árbitro me he emocionado. Llegué como un crío al Madrid y ahora tengo dos hijos, llevo 21 años defendiendo este escudo y haciendo historia».

También hace historia Florentino, con siete Copas de Europa, una más que Bernabéu: «Estoy muy satisfecho que el Madrid tenga 15 copas de Europa, pero no hay que comparar, porque él creó la Copa de Europa y ahí se transmitió esta historia de amor. Consideramos esta competición muy nuestra», dijo el presidente.

Pérez, que no quiso decir absolutamente nada de Mbappé, sí que quiso agradecer a la afición su apoyo y mandarle ya un mensaje ambicioso, propio del ADN de este club: «Estoy emocionado por ver a todos los aficionados. Llevan a los jugadores en volandas al triunfo. Ha llegado un momento que han dicho 'ahora' y ya nadie dudaba que íbamos a ganar. Este es el punto de partida para intentar ganar la Decimosexta».

De ser así, veremos si la volvería a levantar Nacho, que ayer recibió por primera vez como capitán una Champions. La sexta de su carrera, la primera como titular y con el brazalete. Ni siquiera inmerso en tanta felicidad quiso decir nada sobre su futuro: «Es la más especial porque me toca como capitán. Y aquí estamos, una noche más y una Copa de Europa más».

Y otra que se le escapa al Borussia, como hace once años en el mismo sitio. Terzic fue un caballero en la derrota: «Quiero dar la enhorabuena al Madrid y a Ancelotti. Ha sido un gran campeón. Hoy hemos visto por qué es el Madrid el campeón de esta competición y nosotros no hemos tenido eficacia de cara a puerta».

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