La final de la Champions, un producto de lujo

72 horas después de haberse cerrado la final, q ue disputarán Real Madrid y Liverpool el sábado 28 en el estadio de Saint-Denis, es un ejercicio de impotencia encontrar una habitación en la capital parisina, y de hacerlo, los precios están ya a unos 600-700 euros, como mínimo, la noche de hotel. Alojamiento que, por cierto, no se encuentra ya en el centro de París, donde está colgado el cartel de no hay billetes, sino en las afueras. Otra opción, la de los alquileres de apartamentos privados, también están por las nubes. Por una habitación en una casa ajena el precio ronda los 500 euros la noche.

Los vuelos son otro palo para el bolsillo. Viajar a Paris el fin de semana de antes y de después de la final cuesta alrededor de unos 200 euros. Hacerlo el 27-28 y 29 de mayo se va a los 800 euros, cuatro veces más. Las compañías trabajan ya para agendar vuelos chárter de ida y vuelta el mismo día de la final, pero las previsiones es que dichos trayectos no bajen de los 500 euros. Otra barbaridad.

Ir en tren no es posible. Las obras en la infraestructura de la línea de alta velocidad que une Madrid con París hace imposible que Renfe pueda fletar trenes especiales con motivo de la final. Luego está el viaje en autobús, cuyo precio ronda los 150 euros, algo más asequible, pero el tiempo del trayecto se va a las 20 horas. Ir en coche aminora el viaje a unas doce horas, pero entre peajes y y el actual coste de la gasolina, los 500 euros no te los quita nadie.

Y luego está el coste de la entrada. Hay cuatro tramos . 60 euros (categoría 4), 150 euros (categoría 3), 490 euros (categoría 2) y 690 euros (categoría 1). Es evidente que solo la número cuatro tiene un precio ciertamente razonable. El resto de categorías, sobre todo las dos primeras, supone otro gasto relevante. Uno más que hace que una final de la Champions se conviertan se haya convertido en un producto de lujo para los aficionados del Real Madrid.