Remontada a golpe de fe con sabor a Liga

La parroquia colchonera, todavía consternada por el cruel desenlace de su andadura europea, recibe a los suyos como merece la ocasión. Desde el fondo sur, se reclama unidad para pelear por «una misma causa», la Liga. Para ello, Simeone sienta a Giménez y Gallagher para dar entrada a Le Normand y Lino, mientras que el único cambio de Flick llega obligado por el malestar sentido por De Jong, cuyo lugar es ocupado por Casadó.

Es Giuliano quien tiene en sus botas el primer acercamiento de la noche, pero el Barcelona impone su plan de partido desde bien temprano. La agobiante presión de los azulgranas impide al Atlético conectar más de tres pases y asienta al equipo culé en campo rival. Lamine Yamal, que siembra entre pánico y asombro cada vez que arranca, recoge la enésima recuperación de los suyos y se asocia con Dani Olmo en una precisa y bonita pared, pero el disparo del extremo se marcha rozando el palo.

Achican agua como pueden los rojiblancos, que logran igualar la contienda cuando son capaces de salvar la presión del Barcelona. Mantiene la posesión el color azulgrana, pero su peligrosidad es mínima. La dificultad que entraña la cita lleva a Giuliano a buscar la expulsión de Koundé por una doble amarilla exagerando sobremanera un toque en la cara, pero De Burgos Bengoechea, que recibe el partido de la jornada como regalo de cumpleaños, no cae en la trampa.

Solo al final de la primera mitad los ataques logran marcar la diferencia en unos 45 minutos dominados por el control y la rigidez. Pedri encuentra en buena posición a Lewandowski, que se genera el hueco suficiente para conectar un potente disparo, aunque este se topa con el larguero. Quien no perdona es el Atlético, eficaz en su primera ocasión de peligro, construida al más puro estilo inglés. Balón largo de Oblak, Lino salta más que nadie, Griezmann se adelanta a la zaga azulgrana y brinda un genial balón de banda a banda a Giuliano, que le regala en bandeja el gol a Julián.

Tras el paso por vestuarios se mantiene el dominio azulgrana, pero la ventaja atlética aumenta la animosidad del Metropolitano y el compromiso defensivo de sus futbolistas. Lo vuelven a intentar Lamine y Olmo con una nueva pared, pero el resultado obtenido es el mismo, al irse el disparo del jovencísimo jugador por centímetros. La efectividad, de nuevo, es ofrecida por el Atlético. Mientras el Barcelona protesta una mano en la recuperación, Barrios manda a la carrera a Gallagher con un genial envío y el inglés encuentra a Sorloth para empujarla, ambos cambios del técnico argentino para refrescar a los suyos.

A pesar de sus protestas, los culés se levantan rápidamente del golpe y consiguen empatar el partido en seis minutos con sendos centros al área. El primero, obra de Íñigo Martínez, es recogido de forma magistral por Lewandowski, con un control y remate inapelables. Mientras que el segundo, dispuesto por Raphinha, es rematado por la cabeza de un Ferran Torres libre de marca. A quince para el final, comienza un partido nuevo y descontrolado.

El Barcelona cree en la remontada y el Atlético se resigna a conformarse con el punto. La sensación es que el gol puede caer para cualquier lado. Pero finalmente lo hace para el azulgrana y en el descuento. Lamine, después de no dejar de intentarlo en todo el encuentro, obtiene su premio al rebotar su disparo y descolocar a Oblak. Ferran, en la última jugada, sentencia el partido y completa su doblete. Remontada consumada para los de Flick, concluida la semana nefasta para los rojiblancos.