Resultado Argentina-Islandia
Messi se estrella en Islandia
Argentina empata en su debut. Messi falló un penalti y el equipo de Sampaoli demostró sus carencias
Crónica
Entre el himno y el inicio del partido algo pasó. Un seísmo agitó la grada. Los argentinos, mayoría en el estadio, enloquecieron. Era Maradona. «Es Diego» decían ellos con más familiaridad. El estadio entero se giró hacia un lugar y Messi ... percibió algo en el césped. Desde su pupitre, el periodista pudo ver dos manos, solo dos manos que hubieran sido papales si no fuera porque llevaban una alegría distinta, inconfundible. Aplaudía el 10 desde un palco, daba tutela y bendición. Messi esperaba. El partido ya podía comenzar.
Messi empezó alejándose de la jugada como en el Barcelona pero pronto tuvo que intervenir. Inicio costoso en Argentina, fallos de Biglia, rígido Mascherano, previsibles Meza y Di María . Lo poco que hacía era a balón parado, balones bajos porque por arriba el dominio era rubio. Islandia no solo defendía ; respondía con balones largos muy directos. Bjarnason (el de la melena) falló solo tras un pase mortífero de Rojo a Caballero, que ya quedó en modo flan.
Islandia defendía como en el baloncesto. Gunnarsson (el de la barba), su medio director y capitán, aplaudía después de cada esfuerzo defensivo; luego respondían con contragolpes en los que corrían cinco a la vez como si compitieran los 100 metros lisos. Todo eso había pasado cuando Messi inició su primera diagonal clásica. Bjarnasson (el de la melena) y Hallfredsson (el calvo) se turnaban su vigilancia cuando pasaba de la banda al medio. Eran dos y dos veces él. Eran como cuatro Messis puestos enfrente de Messi. I slandia es un equipo digno de ver en directo . Tacklings prehistóricos, un colectivismo tribal, un sistema de solidaridad viril, moderno pero guerrero. Es la socialdemocracia erecta del fútbol. No es un equipo, es una comunidad. Messi se empeñó, robó, intentó sorprender, se fue al centro, se fue a la banda, se alejó, pidió la pelota e inicio sucesivos slaloms en los que dividía el campo para ver con quién podía contar. No era Messi entrando en una jugada empezada, sino Messi iniciando mecánicamente el juego ante una Islandia convertida en jaula.
El 1-0 llegó por el único que podía crearse un hueco con nada. Un balón interior Agüero lo bailó . Controló con la izquierda, dio un paso para ganar espacio y remató. Pero Islandia respondió muy pronto con el gol de Finnbogason tras una entrada por la banda de Rojo y Tagliafico, nunca bien tapada en la primera mitad. Tras el empate, Islandia se prensó en defensa aunque suyas fueran las ocasiones más claras, con Finnbogasson y Sigurdsson en el 45.
Nada cambió tras el descanso . Los islandeses defienden las líneas de pase como la alcoba de la madre. Sampaoli caminaba y caminaba mirando al suelo. Hizo más kilómetros que Agüero. Seguro. No daba instrucciones, o nadie en el campo reparaba en ellas. Hubo un instante en que Sampaoli y Messi miraban a Argentina de lejos. Islandia aun creó peligro los primeros minutos, luego se dedicó a resistir a Messi .
En algunos momentos, el embotellamiento a su alrededor era completo. Los propios compañeros estorbaban al 10. Messi no parece que forme parte del mismo equipo que ellos. Está en todos lados, aparece donde quiere, los compañeros le miran de reojo, están pendientes, y lo que hacen carece de toda importancia si no la toca Messi. Argentina está reducida por su dependencia de Messi que a su vez está sobrecargado por la necesidad de hacer la de Maradona. En ese bucle de ansiedades se ahoga Argentina, a la que le falta clase en la media y un empujón de Sampaoli. Por la noche, ante el espejo, debería leerse los tatuajes para encontrar valor e inspiración para meter a Pavón y Dybala.
Messi fue anulado por Gunnarsson y Hallfredsson, el calvo y el de la barba. Era como si hubiera entrado en prisión y compartiera celda con ellos. Así fue su partido. A la altura del 61, con el juego parado, Messi cruzó la mirada con el Kun. A su altura genial se dijeron algo. El gesto era de preocupación y fue a peor cuando falló el penalti (lo paró Halldorsson) que le hicieron o medio hicieron a Meza.
Se enrabietó e intentó aun más la jugada individual. En esa forzosa emulación de Maradona, Messi cae en una forma de individualismo, genial pero individualismo. Todo se reduce a él. Islandia dio un recital defensivo . Si sigue así en este Mundial, algunos de ellos acabarán en Hollywood, se harán famosos. Son todos como cuñados de Elsa Pataky. En un momento dado, Messi apareció rodeado por el 17, el 20 y el 10, encerrado en un rondo de islandeses.
Pavón mejoró a Argentina , dio desborde por fuera y le pudieron hacer un penalti. Argentina se ofuscó por el centro y Messi lo intentó todo. Halldorsson contribuyó a la gesta con una gran parada al Kun.
Islandia es un equipo. Es más que un equipo. Acabarán dando charlas TED sobre el sentido del trabajo en grupo. Mientras que Argentina no pareció exactamente un equipo, sino un grupo de jugadores al servicio de Messi con los que Messi no se entiende y a los que Messi quiere llevar heroicamente nada menos que a ganar el Mundial. Todo bajo la sombra forzosa de un mito popular.
Al final de partido, Maradona se daba golpes de pecho con un purito que llevaba encendido en la mano de Dios.
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