Giroud mantiene con vida a la campeona

Cerraban los cuartos de final dos campeones del mundo. Dos selecciones que aterrizaron en Qatar entre interrogantes y que han ido ganando crédito y confianza a lo largo del torneo. Unos, abrazados a Bellingham. Los otros a Mbappé. Inglaterra, más sólida. Francia, obligada a superar la adversidad por sus múltiples lesiones.

No hubo sorpresas en el once de Deschamps, y tampoco improvisó Southgate. Se rumoreaba que podía apostar por una defensa de cinco, con Kyle Walker como extensión de la zancada de Mbappé. En el lateral se resumía el plan contra la estrella gala. Pero aunque Walker fue de la partida, lo hizo en la formación habitual que ha estado utilizando Inglaterra durante todo el Mundial, ya con Jordan Henderson asentado también en el centro del campo. Para qué cambiar cuando las cosas funcionan.

Un aplauso espontáneo brotó en la grada aún vacía del estadio Al Bayt, el coliseo del techo alfombrado. Eran los trabajadores del recinto al conocerse la clasificación de Marruecos para las semifinales. Luego la grada se dividió. Mayor presencia inglesa, pero no abrumadora. Ambos equipos brillan cuando la pelota se mueve a gran velocidad y el duelo comenzó a buen ritmo, pero fue Francia quien encontró mayor precisión y profundidad. Lo hacía por las dos bandas. Por la derecha con un Mbappé convertido en llanero solitario. Por la izquierda más combinativo, con Griezmann y Dembélé como socios. Por ese costado llegó la primera oportunidad gala, un testarazo de Giroud antes del primer cuarto de hora a pase de Dembélé. Y por ahí también acabó llegando el gol de Tchouaméni. El mediocentro del Madrid recibió de Griezmann, que es casi tan buen pivote como delantero, y se inventó un disparo impecable desde fuera del área que no pudo alcanzar Pickford.

Inglaterra reaccionó con rabia. Con Bellingham bien sujetado, fue Harry Kane quien tomó la responsabilidad. Un libre directo de Luke Shaw bien atrapado por Lloris dio inicio a los mejores minutos de los isleños. En la siguiente jugada Kane dejó sentado a Upamecano y obligó a intervenir de nuevo a su compañero en el Tottenham. Después, con los mismos protagonistas, Inglaterra reclamaba sin éxito un penalti sobre su delantero centro.

Los chicos de Southgate se habían repuesto bien del golpe, pero les faltaba un paso más para empatar. Saka, un relámpago por la derecha, se erigía como el mejor compañero de Kane. Francia, por su parte, echaba de menos un mayorprotagonismo de su estrella. El primer disparo de Mbappé, a las nubes, llegó cuando el primer acto estaba a punto de echar el telón. Corría y encaraba, pero entre Walker y Stones le tenían maniatado.

Pese a estar por detrás en el marcador Inglaterra ofrecía buenas sensaciones. Volvió del descanso con las mismas ganas y Bellingham entró definitivamente en el partido con dos remates que obligaron a lucirse al guardameta galo. Merecía el premio del empate, que llegó tras una nueva internada de Saka por la derecha en la que acabó siendo derribado en el área por Tchouaméni. El punto de penalti puso cara a cara por tercera vez a Kane y Lloris y el delantero no perdonó.

De repente, el partido se convirtió en un correcalles en el que todos parecían querer huir de una posible prórroga. Qué decir de los penaltis. Demasiadas experiencias cercanas como para querer afrontar tal angustia. La tuvieron Rabiot, Saka, de nuevo Kane... Nadie parecía desentonar en un choque de trenes de primer nivel. Hasta Maguire pudo marcar con un cabezazo que se fue rozando el palo. Al final, quien lo hizo fue Giroud con otro testarazo tras otra asistencia maravillosa de Griezmann, la segunda del día.

Quedaba por ver si a Inglaterra le quedaba ánimo para volver a intentar la remontada. No hizo falta esperar mucho. Un nuevo penalti de Theo al recién salido Mount les dio la oportunidad, pero esta vez Kane lo tiró a las nubes.

El fallo, esta vez sí, hizo palidecer a Inglaterra, que llegó al tramo final con muchos nervios y poca efectividad. Su trayecto acabó ahí.