Fútbol
José Riveiro: «No fui futbolista profesional porque era malo, así de simple»
Mundial de Clubes
Y de repente, en el equipo más laureado del mundo, el Al-Ahly egipcio, aparece un modesto técnico gallego de 47 años que abrirá el sábado ante Messi el primer Mundial de Clubes
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No fue futbolista profesional por falta de calidad. Se hizo entrenador y su carrera la ha hecho en Finlandia y Sudáfrica. No tiene representante. Ni quiere. Pero le va muy bien. El fútbol no es uno más uno. Bien lo sabe José Riveiro (Vigo, 15 ... de septiembre de 1977), el nuevo técnico del Al-Ahly de Egipto, el mejor equipo de África, el equipo con más títulos de todo el planeta, casi 150, y con una masa social detrás de 100 millones egipcios. El sábado (madrugada del domingo en España) jugará con el Inter de Miami el partido inaugural del Mundial de Clubes.
-Habrá gente que no lo conozca. ¿Quién es José Riveiro?
-Yo no he tenido una carrera profesional como futbolista ni tampoco como primer entrenador en España. Así que en nuestro país me conoce muy poca gente, esa es la realidad. Quizás a nivel regional sí, pero poco más. Con 20 años me saqué la licencia de entrenador y empecé en el equipo de formación de mi barrio, en Tercera Regional. Luego estuve en otros equipos de formación de Vigo, y también en la cantera del Celta. Y mi etapa profesional empieza en 2014, en Finlandia, donde estuve ocho años en cuatro equipos distintos. Como asistente en el Honka, el Pallokerho y el Helsinki. Y, luego, como primer entrenador en el Inter Turku (2019-2021), donde fui nombrado mejor entrenador de Finlandia de cualquier deporte.
-Si la aventura en Finlandia ya suena exótica, la siguiente, en Sudáfrica, lo fue todavía más.
-Sí, en 2021 me marcho al Orlando Pirates, uno de los clubes más importantes de Sudáfrica. Y es lo que cambia todo en mi carrera como entrenador. De primeras, no tuve un recibimiento muy bueno. Me apodaron el fontanero, que es un término despectivo allí. Llegaba con un currículum pequeño como primer entrenador, con poca experiencia y hablamos de un club muy grande en Sudáfrica. Y, al principio, hubo escepticismo. Se burlaron de mí, pero eso es Sudáfrica también. Hay mucho cachondeo porque es una sociedad especial, vacilona. Pero me lo tomé como algo natural, nada personal. Formaba parte del folclore del fútbol en aquel país. Orlando es un club muy profesional, que llegó a mí a través de una labor meticulosa de 'scouting' y que hizo una apuesta por mí. Y me fue bien. Tres años, cinco títulos y unas semifinales de Champions. Fue una gran etapa y lo que empezó como una burla acabó con una afición y unos jugadores queriendo mucho a su entrenador.
«Al principio se burlaban de mí, me llamaban el fontanero»
José Riveiro
Entrenador del Al-Ahly
-Tiene mujer, gallega como usted, y una hija de seis años que nació en Finlandia. ¿Cómo se gestiona la vida familiar con la vida nómada de un entrenador que hoy está en Finlandia, mañana en Sudáfrica, al otro en Egipto y, después, vaya a saber?
-Es muy complicado. En Finlandia estuvimos los tres y teníamos una vida muy normal. En Sudáfrica no, Johannesburgo es una ciudad peligrosa. Yo vivía con seguridad privada. No es el mejor lugar del mundo para tener una vida familiar y menos con una niña pequeña. Así que estuvieron los primeros meses y luego se volvieron a España para que mi hija fuera al colegio en Vigo. Venían a Sudáfrica en épocas vacacionales. Ahora, acabo de aterrizar en el Al-Ahly y solo he tenido un primer contacto con El Cairo, pero aquí lo importante es que soy un entrenador que mañana puede estar en la calle porque no se dan los resultados. Desplazar a toda la familia es complicado. No se trata solo de la seguridad o no del país o de la adaptación, sino de que mi hija tenga una estabilidad. Buscamos un calendario estable para que ella y mi mujer tengan una vida normal, con su ciclo escolar completo, y a la vez que ella no recuerde esta etapa de su vida como una etapa en la que solo hablaba con su padre a través de videollamadas. Creo que, de momento, lo vamos llevando bien.
-¿Cómo se lleva con la soledad?
-Muy bien. Yo soy una persona muy tranquila, que le gusta mucho tener su espacio y que le dedico muchas horas a mi trabajo, además de disfrutar de otras cosas de la vida. No sufro por estar solo. Es cierto que todo cambia cuando tienes una hija, y se le echa de menos, pero mi mujer y yo hemos decidido juntos esta vida y no pensamos en cuánto tiempo no estamos juntos sino en que el tiempo que estamos juntos sea de calidad. Tiempo para darle también a nuestra hija una riqueza de culturas y experiencias. No es una vida normal, pero intentamos darle normalidad.
-¿Por qué no fue futbolista profesional?
-Porque era malo, así de simple. Jugaba de portero y tenía el sueño de jugar en Primera, en el Celta, pero no tenía nivel. Me di cuenta rápido de que era un portero de Regional y a mí no me gustaba jugar en Regional. Me gustaba ganar, ser ambicioso y liderar, y pensé que siendo entrenador podía llegar a eso. Y aquí estoy.
-¿En un vestuario miran con recelo a un entrenador que no ha sido ni siquiera futbolista de un mínimo nivel?
Esas cosas pasan, sin duda. Lo hablaba estos días con mi gente de confianza. Mi caso es bastante raro. Yo no debería estar aquí hablando con usted como entrenador del Al-Ahly. Hace pocos años esto era improbable. Es evidente que, para estar ahora aquí, además de hacerlo bien y sacrificar muchas cosas, hay que tener algo de suerte. A mí se me ha dado bien, pero hay otras personas que han hecho lo mismo que yo y no han tenido esa suerte. Ahora, tampoco lo pienso demasiado. Yo no voy a 'googlear' mi nombre para saber lo que se dice o no de mí. Me dedico a entregarme a mi trabajo y me alejo de todo el ruido.
-¿Qué tipo de entrenador es?
-Empecé mi carrera siendo, quizás, un poco reservón, pero poco a poco le cogí el gusto a un fútbol más ofensivo y atrevido, de más espectáculo, y ahí me he quedado. A mí me gusta la lógica del juego, el construirlo, el anticiparlo. Intento construir equipos que me diviertan, en el que los jugadores se diviertan y les guste venir a entrenar, y que estemos siempre cerca de ganar a través de ser protagonistas. Al final este juego va de marcar goles e intento que mis equipos tengan muchas posibilidades de hacerlo.
-Acaba de fichar por el Al-Ahly, que es el Real Madrid de África ¿Qué supone eso para usted?
-Acepto la responsabilidad. Es algo que está ahí. Sé el tipo de club donde estoy, que gana un montón y que ahora me toca a mí ganar, pero si no es así pues vendrá otro, lo intentará hacer mejor que yo, y yo me iré a otro sitio. Esto es fútbol, nada más. El día que lo vea como un drama, me dedicaré a otra cosa. Me gusta ganar, por supuesto, no me llevo bien con la derrota, pero me traen para preparar bien los partidos, para tener un buen equipo, para darle un aire distinto y así será hasta que se cansen de mí. Creo que, hasta ahora, he mejorado la historia de todos los clubes en los que he estado y espero que Al-Ahly no sea una excepción. No tengo nombre como futbolista, ni un palmarés enorme como entrenador e, incluso si lo ganamos todo, habrá gente que siga dudando de mí. Pero esto tenemos que aceptarlo porque no puedes gustarles a todos.
-¿Qué espera en el Mundial de Clubes?
-El equipo viene de una temporada muy larga. En África los viajes no tienen nada que ver con Europa, por distancia y por temas de logística. El equipo llega después de un 'playoff' donde ganó la Liga en el último partido y en este proceso corto de tiempo el foco lo quiero poner en pocos cambios. Mi equipo tendrá un estilo de juego distinto en tres o cuatro meses, pero ahora quiero darle continuidad a lo que se ha hecho esta temporada para que seamos competitivos en el Mundial de Clubes. La clave para mí es el primer partido ante el Inter. Si lo ganas, tienes muchas opciones, pero si no es así, todo se pone complicado. Si somos capaces de ganar y arrancar bien, creo que es posible soñar con las eliminatorias. Y en unos hipotéticos cruces, aunque juguemos contra mejores equipos, es posible soñar.
-¿Se ve algún día en un banquillo de la Liga?
-Sí, claro, cómo le voy a decir que no. Estaría hablando mal de mí y eso sería una tontería, pero no tengo ningún plan. No tengo representante ni agente, no lo he tenido nunca. No tengo a nadie trabajando por mí para el futuro. Yo llevo mis cosas, me centro en el presente y cuando llegue el momento del final de mi etapa en Al-Ahly, veré qué es lo que hay, quién quiere trabajar conmigo y ojalá algún día sea en España, por supuesto.
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