El Inter condena al Barcelona a la Europa League

 Y el Inter no falló. Pese a los óptimos primeros minutos del meta checo Stanek, con los goles de Mkhitaryan, Dzeko (en dos ocasiones) y Lukaku, los 'nerazurri' sellaron con comodidad su segunda clasificación consecutiva a la fase eliminatoria de la máxima competición europea.

Se acabó el sueño azulgrana, se acabó, una vez más en octubre, su periplo en una competición donde antaño asustaba. La Europa League es la consecuencia lógica si pierdes en el Allianz y en San Siro, y no eres capaz de superar al Inter en tu estadio. Inevitablemente, sea cual sea el desempeño de los de Xavi en lo que resta de fase de grupos, su futuro continental reside por segundo año consecutivo en la Liga Europa; una competición en la que, con más pena que gloria, fueron eliminados en cuartos de final por el Eintracht (en aquella escena esperpéntica en un Camp Nou teñido de blanco).

Por su parte, el Inter, infiel a su pasado trágico, entró al partido como un vendaval. Ataque tras ataque desde el pitido inicial, los 19 veces campeones de Italia demostraban a su gente que este no era un día desventura. Lautaro, una vez más, jugaba pletórico entre líneas; la intensidad de Barella agobiaba a la limitada medular del Viktoria; y la pausa de Dzeko y Calhanoglu daba calma al acelerado fútbol ofensivo de los lombardos.

Pronto, abriendo el campo e involucrando a ambos carrileros, llegó el 1-0 de Mkhitaryan. De cabeza, tras un buen centro lateral de Bastoni (minuto 35). Poco después, en la orilla del descanso, Barella hizo un preciso cambio de dirección hacia el carril zurdo de Dimarco, que vio solo a Dzeko en el segundo palo para que el bosnio duplicara la ventaja. Jolgorio y calma, mucha calma, en la afición local al descanso. La clasificación era una realidad irrebatible.

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El segundo tiempo, con un Plzen abatido, fue un bálsamo; una larga espera hacía un final inalterable que fue salpicado con momentos de belleza (como el segundo gol de Dzeko a a pase de Lautaro o la sentencia del aún renqueante Lukaku). Sin embargo, lo realmente emocionante sucedió tras el pitido final, cuando jugadores interistas, staff y afición se fundieron en uno para celebrar en comunión. Este nuevo éxito, sumado a la clasificación a octavos el año pasado y al Scudetto que levantaron hace dos campañas, confirma la vuelta del Inter, un histórico que nunca debió marcharse del primer plano europeo.