LIGA BBVA
Demolición a base de fina pólvora
El Madrid arrasa (5-1) a un Deportivo que se adelantó en el Bernabéu
JOSÉ MANUEL CUÉLLAR
Marcó Riki en la única vez que el Deportivo pisó área contraria y nadie se inmutó. El Bernabéu siguió comiendo pipas entre charlas sobre la rubia de la tercera fila, los jugadores ni fruncieron el ceño y ni siquiera Cristiano torció el gesto . ... Todo estaba enmarcado dentro del guión que se iba desarrollando sobre el verde tapete. El gol, inesperado, no inquietó a nadie, tal era la superioridad madridista. Las causas eran evidentes: Mou metió a Ramos en la derecha y en diez minutos había destrozado el costado zurdo de los deportivistas más que Arbeloa en toda la temporada. No es un asunto agrio para Álvaro, es que Ramos fue el mejor lateral del mundo en el Mundial y es agudo y punzante cuando se mete por aquel lado. Una preocupación más para el Deportivo, que además tenía serios problemas en todas las parcelas del juego: la principal, frenar el raudal de juego combinativo que le dio la presencia de Modric y Ozil en el medio campo . Con más toque y más posesión de balón en la medular, los que salieron beneficiados fueron Di María y... Khedira. El alemán tuvo que correr menos en pos del balón y cuando lo hizo, fresco como estaba, se convirtió en una locomotora que hacía añicos la salida de balón gallego. A Di María le pasó lo mismo, apenas tuvo que ir detrás del esférico y, cuando le llegó, masacró la banda derecha del Deportivo.
Problemas en la salida
Así que los gallegos, bien organizados y aseados en el juego, tuvieron sin embargo muchos problemas para salir. Como es un equipo lento en la construcción apenas pudo sacar contra alguna. Marcó en una buena acción de toque pero el resto del periodo estuvo sin posesión y encerrado atrás , sin salir ni ganas de hacerlo.
El choque se inclinó del lado blanco por su propio peso, por la mera inercia del juego. El balón lo tenía el Madrid y solo era cuestión de tiempo que alguien de rayas cometiese un error o que alguno de los violines blancos afinase la sinfonía. Sucedieron ambas cosas: Manuel Pablo cayó ante la bala que es Di María cuando se encuentra bien físicamente y CR puso las tablas. Y en la segunda hubo tocata y fuga de Ozil y Modric . Inició el alemán, conectó con el croata y el pase de este, a lo Manolo Velázquez con el exterior, preciso y letal, lo transformó Di María.
El Deportivo, aletargado, inerte, apenas pudo sacar las manos para salir del hoyo. A los cinco minutos hubo un boquete en su costado zurdo y el trallazo de Ramos lo remachó CR para el tercero . Fin de la historia. A los de Oltra no se les veía capacidad para levantar eso mientras que el Madrid estaba cómodo y con todos los factores del partido en sus manos. Poco que discutir en el lance.
Tiempo de experimentos
La segunda parte olía a derribo, a saldos Arias y a minutos de la mal llamada basura. Mourinho quitó a Ozil del equipo y metió a Kaká . Asunto mosqueante para el alemán, que hace bien las cosas que tiene que hacer, pero no las que quiere que haga su técnico, es decir dejarse las cejas corriendo detrás del rival, que eso es cosa de obreros con pico y pala mientras que él es un artista de fino pincel. Salió Kaká en busca de fortuna con ese trote de gacela briosa y espléndida que tiene, así que el panorama no cambió en exceso, ni tampoco cuando Xabi Alonso tomó el relevo de Modric . La música era la misma porque el Deportivo no tenía nada que decir ni que hacer. Un convidado de piedra al que le cayó el cuarto en un remate de Pepe ante la mirada contemplativa de la zaga. Amenazaba esta casa es una ruina para los de Oltra porque no se atisbaba ni un mínimo amago de reacción, solo esperar a que no le cayese la del pulpo, más motivados los blancos en cada balón dividido y en cada lance del juego.
Finalmente les cayó un buen repaso, cercano a la goleada de escándalo, pero frenada porque el Madrid no quiso hacer más sangre. Tiene la salida a Amsterdam y el clásico en el próximo horizonte . Así que se dejó ir y, aún así, el resto del partido fue una autovía de una sola dirección en la que el Deportivo no quería más que los minutos fuesen segundos y los segundos décimas, agobiado a más no poder, con el corazón en un puño cada vez que los blancos iban arriba con todo.
Así que ni siquiera grandes enseñanzas se pudieron sacar. Parece que se podrá contar con Kaká y que Benzema puede ser titular en el Camp Nou pero, sobre todo, una muy importante: el Madrid juega mejor cuanto más talento pone sobre el campo. Normal.
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