El dolor y la ira del capitán de Marruecos: seis meses sin su hijo, desaparecido en el mar

El equipo galo, que había viajado al país africano para disputar la Serie Mundial, decidió realizar un entrenamiento de recuperación en la playa de Dias y los jóvenes se metieron en las frías aguas del Atlántico Sur. A la hora de salir, una ola se llevó a Medhi (17 años) mar adentro. Nunca regresó.

Sus padres, Djalil y Valerie Narjissi, llevan seis meses luchando por esclarecer las circunstancias de lo sucedido. Están convencidos de que el accidente fue consecuencia de la negligencia y la desidia de los responsables de aquella selección juvenil. Djalil vive tan dura situación en una encrucijada de sentimientos especialmente dolorosa. Porque es un experimentado jugador de rugby que ha vestido la camiseta de varios clubes y la de su país de nacimiento, Marruecos (también tiene nacionalidad francesa). Como capitán de su selección, Narjissi se proclamó campeón de África en 2005.

Tres semanas después de perder a su hijo, Djalil y Valerie Narjissi decidieron exponer en público sus impresiones sobre lo sucedido. Fue un testimonio contundente y duro:

«Después de realizar nuestra propia investigación sabemos que los equipos franceses van al Cabo de Buena Esperanza todos los años, pero nunca a bañarse a esa playa, que es una de las más peligrosas de Sudáfrica —manifestó Djalil—. Algunos surfistas nos han dicho que el sitio es muy peligroso, con olas enormes, corrientes de resaca que te arrastran y te llevan. Hay olas de cuatro metros cada cinco segundos y la arena crea agujeros bajo tus pies. No hace falta ser un entrenador profesional para entender que es peligroso. Cualquier persona, cualquier padre... Es inimaginable».

Narjissi prosiguió relatando la escasa implicación del personal federativo a cargo de la selección y su nula reacción ante la emergencia en la que se vio envuelto su hijo, y ensalzó la actuación del único compañero de equipo que intentó rescatar a Medhi.

Según la familia, el preparador físico fue el principal responsable de la tragedia: «Él es quien toma la decisión de meter a los niños al agua, por iniciativa propia, según el informe de los inspectores sudafricanos. Él era el único que estaba en el agua y llevaba un traje de neopreno y nuestros hijos estaban en ropa interior. No puedo entender qué pasaba por su cabeza».

También condenaron la inacción del resto del personal federativo que acompañaba a los chavales: «Había doce supervisores en total, incluidos ocho en la playa. ¿Por qué ninguno, al ver las condiciones del mar, les ordenó salir del agua?».

«¿Y por qué ninguno hizo nada después? —se preguntaron y se siguen preguntando el padre y la madre del infortunado joven—. Oscar (compañero de selección y mejor amigo de Medhi) es un héroe para mí. Tuvo los cojones de ir a buscarlo. Aunque no pudiera hacer nada, es mi héroe. ¿Y ningún adulto se movió? Otro chico estuvo a punto de morir... Oscar, que mide dos metros y es un buen nadador, tardó más de 20 minutos en volver a la orilla cuando. Y ningún adulto hizo nada. Los dejaron en el agua».

«No fue un accidente, fue provocado. Un accidente de autobús, un accidente de avión, o si Medhi hubiera sufrido una lesión y queda parapléjico... todos lo hubiéramos lamentado. Pero esto no. Jugaron con la vida de nuestros hijos. Fue el nuestro el que desapareció, pero jugaron con la vida de todos», insisten los Narjissi, que presentaron la correspondiente denuncia en el juzgado de Agen (Francia).

Medio año después de la desaparición de su hijo, la familia acudió al reciente homenaje celebrado en el Stade de France antes del partido inaugural del Torneo Seis Naciones 2025 entre Francia y Gales.

Asistieron fundamentalmente para agradecer el apoyo recibido durante estos seis meses por parte de numerosos aficionados. Nada más. Djalil Narjissi ha perdido la fe en muchas cosas. Principalmente en el deporte que amaba y al que ha dedicado su vida: «Lo repito: mi familia está destruida, devastada. No hemos vuelto a estar vivos desde el 7 de agosto. No le deseo a nadie lo que estamos viviendo, ni siquiera a los entrenadores de la Sub 18. Hay una investigación en marcha. La justicia hará su trabajo. Ellos serán castigados, pero para nosotros, nuestra condena es de por vida».

El jugador de 45 años también sigue decepcionado por la reacción de los padres de los compañeros de equipo de Medhi Narjissi: «Hemos recibido dos mensajes. Dos mensajes de 28… Puedo entender que a la gente le cueste acercarse a una familia diezmada, destruida. Pero han pasado seis meses... Quizás tengan miedo de que su hijo ya no sea seleccionado... Mi hijo no practicaba ningún deporte individual, no jugaba al tenis, jugaba al rugby. ¿Cuáles son nuestros valores? No volveré a jugar al rugby»