Estela, la última víctima de una lista que nadie ataja: «Los políticos deben espabilar»

El accidente de Estela ocurrió en la N-620, a la salida del Polígono de Villares, en las cercanías de Salamanca, donde Estela vivía y estudiaba Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Estaba realizando series en una subida cuando en una de ellas, la última, fue arrollada por un camión. Pasaban las seis y media de la tarde, y el camionero alegó que había quedado deslumbrado por el sol. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación.

La noticia corrió con presteza porque Estela era hija de Juan Carlos Domínguez, profesional en la década de los noventa y principios del siglo XXI que corrió, entre otros, en el Kelme, el Vitalicio Seguros de Jesús Mínguez y el Banesto. Domínguez, que ganó una etapa del Giro de Italia y acudió a los Juegos de Sidney 2000, es quien inició a su hija en el ciclismo en la Escuela de Arroyo de La Encomienda, que él mismo dirige. Ahí es donde se hizo evidente su talento y comenzó a desarrollarlo hasta convertirse en la campeona júnior de Castilla y León en ruta. Para este año ya tenía listo un completo calendario con el equipo sub-23 del Sopela Team, del UCI Pro Tour.

Alejandro Valverde, Enric Mas, Óscar Pereiro, Pedro Delgado... Los mensajes de condolencia y pesar entre ciclistas y excorredores no han dejado de sucederse desde que ocurrió el fatal accidente. Por desgracia, están ya acostumbrados a sufrir este tipo de mazazos. El más reciente era el de Davide Rebellin, atropellado el pasado mes de noviembre, también por un camión. Pero antes fueron Michele Scarponi, Saúl Morales, Antonio Martín o los hermanos Ricardo y Javier Otxoa... La lista es larga. Dura de asimilar. «La familia ciclista está desolada, muy entristecida», cuenta a ABC Alfonso Triviño, secretario general de la Asociación de Ciclistas Profesionales, para quien la muerte de Estela, y de otros tantos, tiene mucho que ver con la falta de avances en legislación ciclista. «Llevamos desde el 99 luchando y haciendo todo lo posible. Ha habido avances y en general hay más respeto, pero aún falta mucho».

El pasado mes de noviembre Triviño y otros integrantes de la Mesa de la Bicicleta (Federación Española, asociación de marcas y ciclojuristas) se reunieron con Pere Navarro, director de la Dirección General de Tráfico (DGT). Allí le hicieron llegar sus propuestas, pero sobre todo le exigieron la reforma del Reglamento General de Circulación para que proteja a los colectivos vulnerables: «Ese proyecto lleva trece años en el congelador, pero no lo quieren asumir por simple cálculo político. No quieren hacerse responsable de una norma que conlleva prohibiciones y obligaciones a los conductores».

Entre las reclamaciones del colectivo ciclista están también una ley de movilidad sostenible y la mejora en las infraestructuras, con carreteras adaptadas y la aceptación de un catálogo de señales específicas que, según dicen, ya está aceptada en el resto de países europeos. «No hace falta tener un muerto encima de la mesa para afrontar estos asuntos. Los políticos tienen que espabilar».

«Respeto siempre al ciclista en la carretera. En cada bici va una vida», recordaba en su mensaje de pésame la Federación Española, que compartía el luto de todo el ciclismo español. Y aún faltaba escuchar a Juan Carlos Domínguez, el padre de Estela, quien atendía a 'El Norte de Castilla' con la voz apagada: «Era un cielo de chica, cariñosa, muy trabajadora... Y por un despiste de un camión te quedas sin hija, con todos los sueños que teníamos juntos. No se merecía esto». El excorredor recordaba también los cientos de entrenamientos juntos, y cómo en todos ellos permanecía siempre latente la posibilidad del atropello. «Si íbamos en pareja de dos, yo me ponía por fuera y decía: 'si me tiene que pillar un coche, que me pille a mí, pero no a ella'», recordaba antes de repetir: «No se lo merecía...».