Baloncesto
El Madrid está a años luz del Barcelona
Los blancos, liderados por Poirier, se llevan el clásico con facilidad y recuperan el liderato de la ACB
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Iniciar sesiónNi siquiera le hizo falta al Madrid firmar un gran partido para tumbar al Barcelona (86-79) y recuperar el liderato de la ACB. Los blancos, que no contaban con Tavares, cerraron filas en defensa y estuvieron liderados por un acertado Poirier, fórmula que ... les bastó para pasar por encima de sus archienemigos, muy verdes e irregulares. Mientras el proyecto de Grimau intenta saber qué es y hasta dónde puede llegar, el de Chus Mateo está a años luz, a toda velocidad y con ambición para la temporada.
Contundente puesta en escena del Real Madrid, despreocupados los blancos por la ausencia de Tavares, lesionado, muy bien dirigidos como siempre por Campazzo y empaquetados gracias a su legendario físico. Estaba perdido el Barcelona, que claudicaba en todas las batallas y se sonrojaba al ver cómo el joven Ismaila Diagne, 16 años y en su debut en la ACB (el segundo más precoz del club blanco, únicamente superado por Luka Doncic), le pegaba un buen repaso en el rebote. Solo Jabari Parker parecía estar a la altura de las circunstancias, buena salud la del estadounidense, pero su actuación era insuficiente.
Cinco puntos consecutivos de Brizuela, microondas incuestionable, revivieron a los azulgranas, buenas noticias enfriadas por Hernangómez, que tras recibir miles de abucheos falló dos tiros libres y se comió una posesión en su retorno al WiZink Center. No acaba de asentarse el pívot en su vuelta a España, solo jugó cinco minutos en la primer parte. El Barcelona reza para que su adaptación sea cuestión de tiempo.
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Ambos bandos fallaban estrepitosamente desde la línea de tres. El Madrid se refugió en la inteligencia de Sergio Rodríguez y en la capacidad para destrozar el aro de Poirier mientras que el Barcelona, de manera muy inteligente, juntó a sus jugadores más rápidos para intentar buscar puntos al contraataque. Ambas tácticas funcionaron a las mil maravillas y la igualdad monopolizó el guion hasta el descanso.
Los catalanes salieron al tercer cuarto como en el primero, espesos en ideas, fallones en el lanzamiento y sobrepasados por Poirier, que estaba cuajando un partido de altura. Probó Grimau primero con Vesely y luego con Nnaji, pero ninguna de las propuestas podría frenar al francés, que decidió efectuar una de sus mejores actuaciones de blanco en el día que más se necesitaba, con Tavares vestido de largo.
Se rompió el partido, los blancos volaban y la ventaja no paraba de aumentar en su favor. El Barça, en cambio, estaba descomponiéndose, sin roles claros y con cada jugador haciendo la guerra por su cuenta. Le falta mucho poso y tiempo a este Barcelona, muy verde y blando en el inicio de campaña. Diagne materializó un tremendo mate a pase de Rodríguez, acción que desató la locura en el WiZink y puso caras largas en el banquillo azulgrana.
Orgullo azulgrana
Pese a todo, consiguieron los chicos de Grimau recortar distancias, por pasión y orgullo más que por baloncesto. Brizuela, el mejor de los azulgranas, se metía entre ceja y ceja el que su equipo no se descolgara y el vasco, que estaba inspiradísimo, lo conseguía por momentos. Pero el problema estaba en defensa, pues no había antídoto para proteger la pintura, coto de caza donde el Madrid se empachó a meter canastas.
Satoransky, con el partido prácticamente decidido, hizo un mate de campeonato ante Poirier, soltó toda la ansiedad y rabia en forma de grito hacia el francés, lo que provocó su expulsión inmediata (ya contaba con una antideportiva). Y fue ahí cuando acabó el partido, uno que demuestra que Barcelona y Real Madrid están ahora mismo a años luz de distancia. Mientras los catalanes están aprendiendo a andar, los madrileños ya alzan el vuelo.
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