El Atlético da la talla en Old Trafford

El peso de la historia se abalanza sobre el Atlético en Old Trafford, estadio con hechizo que transporta a la memoria a futbolistas de rango moderno, siempre estilosos y ligados a un técnico, Alex Fergusson, que idealizó este club. Bobby Charlton, Roy Keane, Ryan Giggs, Paul Scholes o David Beckham dieron lustre al denominado ‘Teatro de los Sueños’. Recinto del que se sale por un córner y que, desde los años noventa, alberga en sus entrañas magníficos aposentos donde reposan tres Ligas de Campeones y 20 trofeos de la Premier.

A falta de otros referentes, en el Manchester United manda ahora Cristiano Ronaldo , especialista en crucificar al Atlético con el Madrid o la Juventus. Al equipo de Simeone le impone un régimen de castigo el club británico en el tramo inicial, allí donde han de presentarse credenciales e intenciones. Simeone ha adiestrado como siempre: el bloque bajo que ahora causa furor entre comentaristas, función defensiva con líneas muy juntas según la versión del ‘cholismo’ para salir con electricidad y mordiente venenosa al primer impulso.

Oblak salva con la frente la acometida inicial del Manchester, tal vez salva la eliminatoria con una parada aleatoria , azarosa, que tiene pinta de ser clave en el devenir del encuentro. Elanga no marca y el Atlético refuerza su confianza en esas noches de sudores que ha protagonizado tantas veces en Europa. Fútbol de granito, sin esperanzas en la elaboración, dificultades como siempre para crear, y un anhelo colectivo en la alianza de Joao y Griezmann, dos jugadores que por obilgación tendrían que conectar su talento siempre en las alineaciones del Atlético.

Los inconvenientes

Pese a los inconvenientes en la construcción, que esta vez también se plasman en Herrera, inusualmente torpe, y Koke, el Atlético se aproxima a De Gea, quien parece lejos de la depresión que le provoca la selección española . El portero hace la parada de la noche en un estirada inverosímil a un derechazo de Rodrigo de Paul. El Manchester tiene extremos hábiles (Sancho) y veloces (Elanga), un centro del campo sin pisada firme en el que destaca Bruno Fernandes y a Cristiano Ronaldo como eje, lo cual es mucho decir porque su capacidad para resolver partidos sigue intacta. Oblak saca un tiro de Dalot y anticipa su repertorio de intervenciones

El Atlético logra un cierto entusiasmo de su parroquia cuando se asocian la técnica y la imaginación al servicio de la velocidad. El pase de Koke a Llorente acaba en gol anulado de Joao Félix por fuera de juego del exmadridista. El Atlético llega, el Manchester no impresiona, la eliminatoria ofrece matices e igualdad.

La solvencia de los centrales rojiblancos, con el sorprendente Reinildo expeditivo, refuerza al equipo español. Simeone dice a su equipo que juegue y toque, pese a que la tendencia de su estilo no consiste en eso. Vuelven a juntarse los de la materia prima y el gol llega. La visión de De Paul, el taconazo delicioso de Joao Félix, el pase inmediato de Griezmann y el cabezazo de Lodi. Minuto 40 y a soñar .

La tropa colchonera mejora en el segundo acto. Progresa la contundencia de los centrales, emerge Savic ante Cristiano, anulan los flancos Llorente y Lodi, es un guerrero más Griezmann, volante defensivo derecho y creativo de noche. El Atlético da la talla, equipo comprometido e intenso que genera contragolpes dañinos. Un centro cruzado de Lodi, una vaselina de Griezmann, un cabezazo de Giménez.

La posesión en el minuto 70 indica un 64% para el Manchester y un 36% para el Atlético, lo cual no dice gran cosa porque el grupo inglés no es tan incisivo como proclama su historia. Hace ocasiones, claro, un tiro fortísimo de Sancho muy alto y un remate de Varane que reclama la mejor versión de Oblak. La noche viene de cara y el portero esloveno vuelve. Parada fantástica, de reflejos y precisión, el Oblak de antes de la crisis. Un síntoma delata que el Atlético funciona en Old Trafford. Simeone no hace cambios , entra el primero Kondogbia para dar relevo a Koke en el minuto 79, cuando el equipo español ya quiere saber poco del partido. Actúa el fútbol táctico, el reloj avanza deprisa para los británicos, parones continuos, faltas, tarjetas, interrupciones que favorecen al visitante y que lo coronan como vencedor después de los inevitables minutos de angustia.