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José Miguélez - De cara

Y un pelotazo devolvió a Oblak

José Miguélez

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El pelotazo de Elanga, solo dentro del área chica, le golpeó violentamente en la cabeza. Una parada nada convencional a los 13 minutos, sin intención posible, pero reconvertida en milagro. Esos tan frecuentes en otros tiempos y que se echaban de menos. El sello característico ... de Oblak, el guardameta portentoso, cuya misteriosa desaparición nadie había conseguido explicar. ¿Adónde se había el esloveno? Su primera acción parecía confirmar su ausencia, una salida blanda, dubitativa, en un salto con toda la ventaja también ante Elanga, el mismo demonio que ya le había anotado, y sonrojado, en la ida. Pero tras ese trallazo que le sacudió la cara, Oblak, el bueno, volvió. El insólito accidente recuperó su mejor versión: seguridad, paradas, alguna imposible, mando. El portero.

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