CICLISMO / TOUR DE FRANCIA

Las montañas que elevaron la leyenda del Tour de Francia

La etapa reina de la carrera reúne a los cuatro colosos pirenaicos: Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde

Las montañas que elevaron la leyenda del Tour de Francia REUTERS

J. GÓMEZ PEÑA

18/07/2012
Actualizado a las 11:18h.

Si hay una etapa con mala fama es ésta: 197 kilómetros entre Pau y Bagneres de Luchon. Suena como una sierra mecánica. Cortapiernas con el filo del Aubisque, el Tourmalet, el Aspin y el Peyresourde. Cuenta la historia de la «Grande Boucle» que sobre ... este perfil no se gana el Tour, pero sí se suele perder. Cuidado con Luchon. Es una meta en la que puede pasar de todo. Ahí estuvo a punto de ganar un Tour Julio Jiménez si Manzaneque, en lugar de emocionarse por la victoria de etapa, le hubiera esperado. Y a Luchon no llegó Luis Ocaña de amarillo porque gritaba roto kilómetros atrás sobre el barro del col de Mente.

El Tour no cambia de nombres. En 1910 ya descubrió estos cuatro puertos. En el mismo día. Diecisiete horas sobre la bicicleta. El apocalipsis en sentido inverso: primero el Peyresourde, luego el Aspin, el Tourmalet y el Aubisque. Lo mismo da. «Es una etapa que obliga al hombre a un esfuerzo absoluto», escribió Jacques Goddet, director de la ronda. Ese reto tiene cifras: los 16 kilómetros del Aubisque (7,1% de desnivel medio), los 19 del Tourmalet (7,4%), los 12 del Aspin (4,8%) y los 9,5 del Peyresourde (6,7%), situado a 15 kilómetros en descenso hasta Luchon. El recorrido lo tiene todo.

Hasta eco. El de Leducq, líder en 1938 y que en esta etapa perdió 25 minutos. A Speicher le descalificaron por culpa de un fotógrafo, que le pilló con una instantánea subido a un coche en pleno Aspin. Once años después aquí cayeron Bartali y Coppi, siempre juntos en la memoria. Como ellos, todos los campeones han pasado por esta etapa, en un sentido o en otro. Es un buen lugar para perder el Tour. Eso dice el pasado.

En cambio, de la segunda etapa pirenaica, la que viene a continuación, nada se sabe. Es un final inédito clavado en la cima de Peyragudes , una prolongación del Peyresourde, a dos pasos de la salida en Bagneres de Luchon. El Tour subirá primero el col de Mente, donde aún llora Ocaña (9,3 kilómetros, al 9,1%). Duro. Luego, el Port de Bales, de categoría especial (11,7 kilómetros, al 7,7%). Y al final, en la despedida de la montaña, el Peyresourde unido a la carretera que lleva hasta la estación de esquí de Peyragudes (15 kilómetros, al 5,1%). En total, 143 intensos kilómetros. Es similar a la jornada alpina que concluyó en La Toussuire, allí donde Froome demarró y Wiggins le ordenó parar.

Nibali, Evans, Vandenbroeck y el RadioShack de Zubeldia tienen estos dos días para comprobar si Wiggins, Froome y el Sky han descubierto la perfección ciclista. Wiggins ha ganado este año la París-Niza, el Tour de Romandía, el Dauphiné y es líder del Tour. Casi tiene una cadena de triunfos que nadie posee.