Los Tours malditos de los españoles

Cuando comenzó la carrera, los rivales salieron disparados, dejando atrás a un fatigado Blasco, que ni tan siquiera acabó la etapa.

En los años 70, «el caníbal» Eddie Merckx dominaba con puño de hierro el ciclismo mundial. Únicamente el conquense Luis Ocaña era capaz de plantarle cara. El Tour de 1971 iba a ser el escenario del gran enfrentamiento entre ambos. Tras unas jornadas de tanteo, a los pocos kilómetros de la undécima etapa, Ocaña lanzó un valiente ataque al que su rival no pudo responder. A su llegada a meta, el ciclista español había logrado lo que para muchos era un milagro, distanciar a Merckx a más de 9 minutos en la general.

Después de semejante exhibición, la victoria final parecía decidida. Pero «el caníbal», herido en su orgullo de campeón, no pensaba rendirse tan fácilmente. Durante la 15ª etapa atacó incansablemente en repetidas ocasiones, aunque el español se mantuvo soldado a su rueda. Juntos afrontaron el peligroso descenso del Col de Mente bajo una intensa lluvia y un asfalto sucio. En una curva cerrada el belga se desequilibró, pero fue el español quién dio con sus huesos en el suelo, teniendo que abandonar. Durante la siguiente etapa, que partía del pueblo de Ocaña, Merckx se negó a vestir el amarillo como homenaje al que creía que debía de haber sido el justo ganador del Tour.

Pedro Delgado era probablemente el mejor escalador de finales de los 80. Ganador de 2 Vueltas a España y del anterior Tour de Francia, partía como máximo favorito para la edición de 1989.

Pero cuando llegó el momento de que tomara la salida en el prólogo de Luxemburgo, Perico no apareció. Se había distraído durante el calentamiento y tomó la salida con 2.40 minutos de retraso. El revuelo mediático fue tan increíble que su equipo perdió 5 minutos en la contrarreloj por equipos. Cuando apenas se llevaban disputadas unas pocas etapas, Perico Delgado era el farolillo rojo, a más de 7 minutos del líder.

A la postre, el segoviano completó el que probablemente fuera su mejor Tour. Espoleado por la rabia, atacó a la mínima ocasión, finalizando 3º a tan solo 3.34 de Lemond. La victoria se le había escapado en Luxemburgo.

Joseba Beloki fue una de las pocas amenazas a la tiranía de Lance Armstrong. Tras alcanzar el podio en 2000, 2001 y 2002, el guipuzcuano llegaba a la edición de 2003 con el objetivo de impedir el quinto Tour consecutivo del americano. En la primera etapa de montaña, que llegaba al mítico Alpe d'Huez, su ataque sólo pudo ser neutralizado por la colaboración entre el resto de favoritos. Decididamente, aquel era su año.

La siguiente etapa, de media montaña, llegaba a la localidad de Gap. La fuga del peligroso Alexander Vinokourov hizo saltar las alarmas entre los favoritos. Beloki encabezaba el grupo que iba a su caza cuando se cayó en una curva del vertiginoso descenso. Lance Armstrong evitó al caído atajando campo a través . La suerte del campeón. El diagnóstico del guipuzcuano fue contundente: rotura de cúbito, radio y del hueso trocanter. Adiós al Tour.

Todavía hoy, en el maldito pasaje de Gap, un letrero reza: «Passage Armstrong, chute Beloki» (Pasaje Armstrong, caída Beloki).