Londres 2012: Un oro para un paralímpico intelectual doce años después

En Sídney 2000 el equipo de baloncesto español generó la polémica de ganar habiendo seleccionado a 10 de los 12 jugadores sin tener ningún tipo de discapacidad y el Comité Paralímpico Internacional suprimió la clase T20 del programa de los Juegos. En los primeros en los que vuelven a entrar en escena, Expósito ha entrado por la puerta grande: "La esperanza nunca se pierde, es verdad que nos dijeron que sería para cuatro años, luego para ocho. Al final se ha llegado ese día y que más bonito que celebrarlo con una medalla", comentó el atleta poco después de la prueba.

Tras el fiasco español, el Comité Paralímpico Internacional tuvo que endurecer las pruebas para asegurar que todo el que compitiera en las pruebas de discapacitados intelectuales realmente lo fuera. Así, todos los deportistas debían cumpir tres requisitos: tener un coeficiente intelectual por debajo de 75, una disfunción social, doméstica o de comunicación y haberlo sufrido desde antes de los 18 años.

Es la Organización Mundial de la Salud quien realmente certifica la discapacidad, pero, a pesar de que en cada país se tengan sus propios requisitos, es el CPI quien tiene la última palabra . Suyos son los tests en los que se valora la discapacidad directamente sobre el deporte que realiza el deportista. "Es muy difícil que la gente vea la discapacidad intelectual cuando está en el estadio, pero es indudable que los médicos que la certifican trabajan de buena fe. El sistema se ha endurecido, por lo que será muy raro que vuelva a ocurrir algo como el del fiasco español", comentó Verona Elder, manager del equipo británico, para la BBC.