la navidad de...
Amaya Valdemoro: «Para Reyes siempre pedía balones de baloncesto»
La jugadora celebra sus primeras Navidades después de su retirada con sus familiares y amigos
sara montero
Ni muñecas, ni coches, ni ningún otro juguete convencional. Lo que Amaya Valdemoro le pedía cada Navidad a los Reyes Magos cuando aún era una niña eran balones de baloncesto. Y debía de portarse muy bien porque su dominio de la pelota, su talento en ... la cancha y las horas de entrenamiento la han convertido, tras veinte años de profesión, en la mejor jugadora de la historia del baloncesto español.
Estas fiestas serán especiales para Valdemoro. Son las primeras que pasa retirada del baloncesto, el deporte que lo ha sido todo para ella. La capitana de la Selección Española hizo oficial el pasado 17 de diciembre su marcha entre lágrimas y agradecimientos, dejando el pabellón muy alto. Ahora, aprovechará el parón de las fiestas para «pasar tiempo con los que más quiero».
El recuerdo de su madre, que falleció cuando ella solo tenía 18 años, es lo primero que viene a la mente de la jugadora al hablar de la Navidad: «Son fechas un poco tristes porque me acuerdo bastante de ella», comenta en tono nostálgico. Estas fiestas tienen un sabor agridulce para la deportista. La ausencia de quien la trajo al mundo solo se compensa con la alegría que llevan a casa sus dos sobrinas pequeñas, por las que Valdemoro confiesa auténtica devoción: «Las niñas son el centro, como debe ser».
Valdemoro cierra una carrera plagada de éxitos, tanto a nivel nacional como internacional. Fue 258 veces internacional vistiendo la camiseta de la Selección Española, jugó en seis equipos nacionales, debutó en la liga estadounidense WNBA con tan sólo 21 años y probó suerte en Rusia de 2005 a 2008. Su larga trayectoria le ha obligado a llevar un ritmo frenético y a pasar mucho tiempo fuera de su hogar, por eso, valora especialmente la tregua que conceden las fiestas navideñas a los deportistas de elite: «La celebro con muchas ganas de estar en casa y juntarnos toda la familia. Te permite pasar tiempo con los que quieres», afirma.
Aún conserva la ilusión intacta por los regalos, las comilonas y las sorpresas familiares que caracterizan estas fiestas. Su cita preferida es la Noche de Reyes: «Voy a casa de mis abuelos con mi familia. Hacemos lo típico: nos damos los regalos, cenamos juntos… Lo mismo que todos los demás», afirma con la humildad que la caracteriza dentro y fuera de la pista. Sí se permite algún exceso navideño en su dieta. En la mesa nunca falta «la lombarda de la abuela», el cabritillo y una buena ración de jamón: «Siempre pido que me lo pongan a mi un 'platito' más cerca», dice entre risas.
«Siempre pido lo mismo para el nuevo año: salud para mí y para los míos», afirma. A Valdemoro le cuesta decidirse por un deseo para el próximo año. Echará de menos el 2013, una etapa que, pese al dolor de las lesiones, le ha permitido despedir su carrera con satisfacción. El triunfo, el apoyo recibido y el cariño de los aficionados han hecho que el Eurobasket de Francia sea «su mejor recuerdo» de este año y ha puesto un broche dulce a su carrera en el ámbito profesional.
Pese a haber puesto fin a más de 20 años de éxitos sobre la cancha, Valdemoro no se desvinculará del mundo del baloncesto. Para el nuevo año seguirá trabajando para la Federación y comentando los partidos en la televisión. Nunca olvida el apoyo de sus seguidores y su discurso está lleno de buenos propósitos para ellos: «Les deseo feliz Navidad a todos, que disfruten mucho, que coman mucho y que luego se pongan a régimen», ríe.
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