Sánchez crea un departamento de Cultura que no dependerá de Sumar
Urtasun reivindica que ha impulsado una cartera que había quedado diluida con el PSOE
«La cultura, en los últimos años, no ha tenido una representación en el organigrama de gobierno satisfactoria»
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Pedro Sánchez no está dispuesto a que Sumar se apropie de la bandera de la cultura, y menos en una legislatura tan bronca. Solo dos meses y medio ha tardado el jefe del Ejecutivo en remodelar su estructura ministerial para crear un nuevo departamento de ... Asuntos Culturales, dependiente de Presidencia, cuyo titular tendrá rango de director general. El líder del PSOE toma esta decisión de contar con una figura de peso en materia cultural en la sala de máquinas de La Moncloa, cuando en el pasado esta figura no había pasado de un asesor, después de haberle entregado a Sumar el Ministerio de Cultura. Quienes en el PSOE se dedican a este tema sintieron como un desgarro la pérdida de la cartera, y los primeros pasos de Urtasun como ministro, con su llamada a la guerra cultural, les han terminado por convencer del riesgo de entregarle las llaves del ministerio a Sumar.
Según el decreto publicado este viernes en el BOE, este cargo de nueva creación tendrá entre sus funciones asesorar a la dirección del gabinete de Presidencia en varios puntos. Los más conflictivos son dos. El primero, el que le atribuye a La Moncloa «la coordinación del Gobierno». Esto se traduce en iniciativas como el Estatuto del Artista, que implica a varios ministerios. Fuentes consultadas sostienen que esta dispersión provoca que el desarrollo legislativo necesario a veces se diluya y Sánchez quiere que estas medidas sean un vector prioritario. Con el exministro Iceta, fue Cultura quien se encargó de coordinar el Estatuto del Artista, y Urtasun tiene la intención de seguir liderando la comisión interministerial. El segundo punto de fricción tiene que ver con la proyección internacional del trabajo ministerial. La Moncloa podrá ahora tutelar «todos los programas y acciones de la Unión Europea que tengan incidencia en las políticas públicas del Estado». Desde el entorno del presidente señalan esta internacionalización como una asignatura pendiente. Hace unos días, Sánchez recibió en La Moncloa a la directora general de la Unesco, un encuentro que sirvió para hacer público el anuncio de que Barcelona albergará la próxima edición de Mondiacult, en 2025.
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Las fuentes consultadas señalan también que Sánchez quiere coordinar las políticas con las autonomías en materias que no atañen solo al ministerio, como la libertad de expresión, de lo que Urtasun ha hecho una bandera frente a Vox, o las industrias culturales. Sobre este último punto, el PP denunció hace unos días que el ministro y portavoz de Sumar pretende eliminar la dirección general. «Envía un mensaje desconcertante: cultura sin industrias culturales», lamentó el vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper. Esta supresión aún no se ha producido, pero lo cierto es que en el sector cuentan con que Urtasun termine haciéndolo. El ministro quiere crear una nueva Dirección General de Derechos Culturales de mucho peso que se sostendrá sobre varios ejes estratégicos: la libertad de expresión, la promoción de condiciones dignas para los trabajadores, la vertebración territorial y la interconexión entre educación y cultura. La remodelación del organigrama ministerial está al caer.
Detrás de esta decisión de Sánchez hay, además, un movimiento para no perder terreno en un ámbito que Yolanda Díaz lleva trabajando muy intensamente desde hace tiempo. El Ministerio de Trabajo fue el que más se involucró en el Estatuto del Artista y, en campaña, fue Díaz quien ganó la foto con Pedro Almodóvar. No es que Sumar haya sido capaz de reeditar aún la 'zeja' de Zapatero, pero está en ello, y no hay mejor atajo que el altavoz del Ministerio de Cultura. Urtasun y Díaz se han dejado ver estos dos meses en alfombras rojas y se han postulado como garantes de la supervivencia de un sector precario y muy dependiente de la Administración Pública.
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Entrevistado en La Sexta, Urtasun aseguró que la decisión de Sánchez no le había pillado por sorpresa -«esto es algo que existió en la época de Zapatero»-. Dijo que «la cultura, en los últimos años [con el PSOE], no ha tenido una representación en el organigrama de gobierno satisfactoria», pues estaba diluida en un ministerio compartido con Deportes y sin secretaría de Estado. «Es imprescindible que tengamos una estructura orgánica potente y fuerte para que podamos defender los intereses del sector cultural, y eso se ha producido gracias a nuestra llegada a Cultura», añadió. «A partir de aquí, si la presidencia quiere recuperar la unidad de Asuntos Culturales o hay algún otro ministerio que quiere ayudarnos, yo estaré encantado».
Los socialistas que temían que Cultura fuera esta legislatura lo mismo que fue Igualdad en la anterior, «un ministerio para las polémicas y para generar tensiones en el seno de la coalición», empiezan a ver confirmadas sus sospechas.
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