La Reina se adentra en la Ciudad de los Muertos para escuchar a los vivos

El contraste es digno de ver. El Cairo se extiende hacia el este y, de pronto, el bullicio de la ciudad se transforma en un laberinto de mausoleos, cúpulas mamelucas y mezquitas olvidadas. Fue a partir del siglo XX cuando, ante la falta de viviendas en la ciudad, las familias egipcias con menos recursos se instalaron aquí y el cementerio se convirtió en un barrio lleno de vida. Desde entonces, decenas de miles de personas han encontrado un techo entre tumbas centenarias, algunas de ellas de los personajes más influyentes de la historia egipcia.

Entre sus mausoleos se alzan los complejos funerarios de sultanes mamelucos como Qaytbay o Barsbay, joyas arquitectónicas que combinan mezquitas, madrasas y tumbas en un mismo recinto. También reposan aquí califas fatimíes, príncipes, emires y altos funcionarios otomanos, junto con ulemas y místicos sufíes cuyas sepulturas fueron durante siglos objeto de peregrinación.

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Los egipcios que viven aquí han adaptado estos mausoleos como viviendas. Hay familias que conviven directamente con restos fúnebres, mientras que otras acondicionan los patios y estancias de estos panteones para vivir. Y, como en cualquier barrio, en la Ciudad de los Muertos también hay escuelas, pequeños comercios y hasta talleres artesanales, que han surgido a lo largo de los años de las necesidades que pide cualquier núcleo urbano.

La Reina se ha desplazado hasta aquí esta mañana. Mientras el Rey presidía el foro empresarial Egipto-España, Doña Letizia conocía junto a la Primera Dama el proyecto 'mejorar las oportunidades de desarrollo socioeconómico y cultural de las mujeres e infancia de la Ciudad de los Muertos en El Cairo' que la Cooperación Española lleva a cabo en un barrio habitado por miles de familias que han dado nueva vida a los espacios diseñados para la eternidad. Y es que, por mucho que esta necrópolis sea un auténtico archivo monumental de la élite medieval de Egipto, no se puede romantizar una realidad social: que la gente vive en tumbas porque no tiene donde hacerlo.

«Aunque tiene un patrimonio muy rico, se trata de un barrio marginal con una alta vulnerabilidad», explica a ABC Eva Suárez, de la Oficina Técnica de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). Y añade: «La intención es recuperar el espacio patrimonial con actividades para niños y mujeres en riesgo de vulnerabilidad». A ellas se les ofrece formación en oficios artesanales, como la joyería o el trabajo del cuero. A ellos, trabajos relacionados con el vidrio y la rehabilitación de edificios. Los niños, para que no estén en la calle, reciben formación en idiomas mientras practican actividades deportivas.

Este proyecto se inició a finales de 2024 con una inversión de 150.000 euros y, además, incluye una pata cultural, para la que se ha rehabilitado una zona del complejo de la Mezquita del Sultán Al-Ashraf Qait Bay como centro cultural, con la idea de que se puedan organizar exposiciones y conciertos de música. Aquí, Doña Letizia ha inaugurado una muestra fotográfica realizada por un egipcio y una española, donde muestran cómo «la vida y la muerte coexisten lado a lado», según la presentación de la muestra.

La Ciudad de los Muertos refleja las contradicciones de El Cairo: un lugar donde la grandeza de los sultanes convive con la precariedad de miles de familias que han hecho del cementerio su hogar. El proyecto de la Cooperación Española busca tender un puente entre ese legado monumental y las necesidades más urgentes de sus habitantes. Porque lo que aquí está en juego es la dignidad de quienes mantienen con vida un espacio que nació para honrar a los muertos. Por eso la Aecid desarrolla aquí sus actividades con la Fundación Sultán, que fue creada en 2016 para facilitar el acceso a la cultura a los segmentos desfavorecidos de la sociedad egipcia en El Cairo, mediante la creación y recuperación de espacios donde se fomentan el arte y la cultura, que revierte de manera muy positiva en los sectores más vulnerables.

La Reina ha recorrido algunas de las calles de la Ciudad de los Muertos, ha inaugurado la exposición de fotografía, ha disfrutado de un concierto de tambores de los niños más pequeños del barrio y ha entrado en una tienda de marroquinería, donde ha hablado con la gente del taller, que comienzan a tener un futuro gracias a este tipo de iniciativas. Como gesto de apoyo y para dar visibilidad a esta zona olvidad de El Cairo, Doña Letizia ha lucido durante la visita unos pendientes largos realizados por uno de estos talleres, que venden sus piezas en la tienda Mishka, que da nombre también al taller y se encuentra en la plaza principal de la Ciudad de los Muertos, junto a la mezquita. En un viaje de Estado con un marcado contexto político, la agenda ha permitido que la Reina pueda conocer otro trabajo de la Cooperación Española, pero esta vez el color blanco ha sustituido al rojo del chaleco de cooperante.