La directora del Louvre plantea crear una comisaría de Policía dentro del museo
Laurence des Cars defiende que ya alertó sobre los graves agujeros de seguridad en la pinacoteca más visitada del mundo. Desvela también una cronología minuto a minuto del robo en el Louvre, que ha reabierto sus puertas este miércoles
Francia confirma cuáles son las piezas robadas del Museo Louvre: dos tiaras, dos collares y dos pares de pendientes con piedras preciosas
Corresponsal en París
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Iniciar sesiónEl histórico robo del Museo del Louvre está dejando al descubierto un rosario catastrófico de problemas políticos y económicos nefastos, en la cúspide del Estado y sus ramificaciones políticas y gubernamentales, agravando la inseguridad de los bienes culturales de la Nación. Emmanuel Macron, presidente ... de la República, ha declarado: «Es necesario acelerar la puesta en marcha de medidas de seguridad». Petición piadosa e 'irrealista' para el Museo del Louvre, que ha reabierto sus puertas este miércoles tres días después del espectacular robo.
El Louvre, en estado crítico y convertido en un zoco multicultural
Juan Pedro QuiñoneroLaurence des Cars, directora del Louvre, presentó su dimisión a Macron, que la rechazó por esta razón: «No tomaremos decisiones apresuradas en caliente». Rechazada su dimisión, la directora lanzó una andanada de gran calado contra presidentes, ministros de cultura y directores del Louvre: «Nuestro museo nacional lleva años sufriendo de la falta de inversiones, agravando sus problemas de fondo, que han sido descrito en muchas ocasiones».
La tarde del miércoles, «madame» des Cars avanzó en el Senado esta idea personal: «Podríamos instalar una comisaría dentro del museo». Buena o mala, presentar esa idea en el Senado es algo sencillamente inútil, publicitario, en el mejor de los casos. El Senado, segunda cámara del Parlamento nacional, solo aprueba o rechaza decisiones aprobadas, antes, en la Asamblea Nacional, que vive la crisis política más grave desde la fundación del Régimen, entre 1958 y 1962. Nadie ha presentado ese proyecto en la primera cámara del Parlamento nacional.
Laurent Lafon, presidente de la Comisión de Cultura del Senado, respondió a la directora del Louvre, recordándole la amarga realidad: «Antes de lanzar iniciativas, que no corresponden a esta cámara, debemos comprender como fracasaron los dispositivos de seguridad del Louvre».
Aurélie Filippetti, ex ministra de Cultura, también ha presentado su visión de la crisis ante el Senado, llegando a esta conclusión: «El principal culpable de todo es Macron. Sus decisiones y nombramientos agravaron la crisis de fondo». Laurent Nuñez, ministro del Interior, ex prefecto de París y la región Isla de Francia, reconoce que «han fallado muchas cosas» y ha tomado decisiones inmediatas: pedir «celeridad» al equipo de investigadores que intentan localizar a los ladrones; y tomar nuevas medidas de seguridad para los museos de toda Francia.
En el terreno más inmediato, la incierta suerte de las joyas robadas, de un valor económico relativamente modesto (unos 88 millones de euros) y un valor simbólico e histórico excepcional parece «estar en el aire». Varios expertos estiman que los ladrones han tenido tiempo suficiente para desmontar collares y coronas que fueron propiedad de Napoleón, Napoleon III y la Emperatriz Eugenia de Montijo. El ministerio del Interior afirma oficialmente «seguir varias pistas». Pero nadie filtra una idea concreta sobre la realidad de una investigación policial que nadie conoce públicamente con una mínima precisión.
Los sindicatos, por su parte, siguen denunciando el «caos» político, muy perjudicial para comprender el alcance histórico de la crisis.
El 'robo del siglo': una «humillación nacional» tras décadas de desidia en el Louvre
Juan Pedro QuiñoneroYvan Navarro, secretario de la CGT Cultura, comenta la crisis de este modo: «Sucesivos gobiernos han recortado el personal consagrado a la seguridad y el control de los fondos del Louvre. A los recortes en recursos humanos hay que añadir los recortes en fondos económicos. El Louvre sufre este año de 200 millones de euros de recortes.
Valérie Baud, representante del sindicato CFDT, denuncia el comportamiento gubernamental, desde hace años: «El Estado debe comprender que no se puede tener el museo más grande del mundo y reducir sus efectivos regular y sistemáticamente».
El «robo del siglo», minuto a minuto
Des Cars también ha presentado una cronografía de los siete minutos en que se produjo el llamado «robo del siglo», en el que desaparecieron dos tiaras, dos collares y dos pares de pendientes con piedras preciosas por un valor que la pinacoteca ha cifrado en 88 millones de euros, informa Adrián Peñacoba.
El relato de la directora comienza así: «El 19 de octubre de 2025 a las 9:30 horas, un camión grúa se posicinó al lado del museo del Louvre por su lado de Françoise Mitterand, estacionado sobre la acera. Personas con chalecos de obra y con señalizaciones como si fueran personal de mantenimiento llegaron con la grúa hasta la galería Apolo rompiendo la puerta-ventana».
A las 9.34, el detector de alama posicionado en la puerta-ventana se activa y transmite una señal al puesto de seguridad. Cuando los ladrones entran en la galería Apolo a través del agujero, un agente llama al puesto de mando para señalar la intrusión. A las 9.35 la evacuación de la sala empieza. Se activan las alarmas de la vitrina de la galería Apolo.
Los vidrios de la ventana no se llegaron a romper, sino que los atracadores abrieron una brecha a través de la que pudieron pasar. A las 9.35 y 33 segundos, el jefe de explotación del museo llama a la Comisaría del primer distrito para señalar que hay un robo en el Louvre, y pide la intervención inmediata de las fuerzas de la Policía.
A las 9.36, el botón tele-seguridad Policía, llama al dispositivo Ramsés, que se activa desde el puesto central por un jefe de equipo y está conectado con la prefectura de la Policía. El dispositivo de seguridad se sigue al pie de la letra.
A las 9.37 se lanza un mensaje para el cierre de puertas públicas y puertas de personal.
A las 9.38, menos de cuatro minutos después de la activación de la primera alarma, los ladrones salen de la escena del crimen a través de la ventana de la galería. Llevan con ellos nueve piezas que vienen de las colecciones de arte del museo.
En los alrededores, los equipos de vigilancia persiguen a los criminales hasta el coche y durante esa persecución los malhechores dejan una corona de la emperadora Eugenia, que aparece dañada y que está siendo analizada por el departamento de restauración de arte. Estos son los hechos brutos».
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