El Palacio Real de Berlín, epicentro de la guerra cultural en Alemania: «Se ha reconstruido con donaciones de extrema derecha»
Un informe elaborado por el Instituto de Historia Contemporánea sobre el controvertido donante Ehrhardt Bödecker reveló que el banquero y nostálgico de Prusia había hecho repetidamente comentarios antisemitas
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Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónLa primera de las esculturas en ser montada, último detalle decorativo de la reconstrucción del Palacio Imperial de Berlín, ha sido la del profeta Jeremías. A esta le seguirán las de Oseas, Sofonías, Zacarías, Jonás, Daniel y Ezequiel, Miosés y Elías, cada una de ... ellas esculpidas en piedra arenisca, de 3,30 metros de altura y tres toneladas de peso. Forman parte del conjunto histórico de figuras exentas de la fachada y se han convertido en objeto de disputa política. Con la cruz que corona la cúpula del soberano edificio y el versículo bíblico que la circunda, los Hohenzollern subrayaron durante la revolución de 1848 la designación divina de la monarquía por encima de las aspiraciones democráticas.
«Bueno, todo el edificio es pura exaltación de la monarquía, de manera que no me extraña que las estatuas lo sean», dice Nuria, una española que visita la Isla de los Museos de Berlín y que no termina de entender la polémica. «¡Ah! ¿Es un profeta? No lo había notado. Pensaba que era un rey o algo así», se sorprende un alemán de Hannover de 23 años que también está en Berlín de visita.
Pero para los más duros críticos de la decoración de la fachada del Palacio Real de Berlín la cuestión no es que sean profetas o no, sino la financiación de las estatuas. Al igual que la mayor parte del presupuesto de la reconstrucción del edificio, sólo la fachada histórica ha costado 680 millones de euros, las esculturas de los profetas también han sido financiadas con fondos privados cuya recaudación de fondos ha provocado reiterados escozores.
Un informe elaborado por el Instituto de Historia Contemporánea sobre el controvertido donante Ehrhardt Bödecker reveló que el banquero y nostálgico de Prusia había hecho repetidamente comentarios antisemitas, por lo que fue retirada la placa en su honor del portal del Foro Humboldt. La Fundación Foro Humboldt ha reconocido en un comunicado de prensa que las donaciones individuales enviadas a la fundación a través de la asociación de apoyo podrían en realidad provenir de círculos nacional-conservadores, quizá incluso antidemocráticos.
Guillermo II
Parte de la financiación de la escultura del profeta Daniel proviene de una donación de Vera Lengsfeld, la ex activista de derechos civiles de la RDA y ahora cercana al movimiento contra la islamización de Occidente Pegida y al partido antieuropeo Alternativa para Alemania (AfD).
La revelación ha llevado al semanario 'Der Spiegel' a identificar el palacio imperial como el gran símbolo actual de la guerra cultural en Alemania. Por todo ello, el Foro Humboldt ha revisado sus directrices sobre donaciones.
El último inquilino del palacio imperial de Berlín fue Guillermo II, emperador de Alemania que perdió su trono y su corona en noviembre de 1918. Su caída, propiciada por la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, significaría el final de una monarquía que había durado siglos. Su dinastía, Hohenzollern, jamás volvería a reinar.
La Segunda Guerra Mundial dejó graves cicatrices de destrucción en el edificio, pero su peor suerte fue la de quedar en el lado oriental de la Alemania dividida. Las autoridades comunistas de la RDA decidieron la voladura completa del palacio en 1950, con la intención de no dejar ni rastro arquitectónico de la monarquía católica, y sobre el solar fue levantada la Cámara del Pueblo, sede del Partido Comunista que hubo de ser demolido a su vez, tras la caída del Muro de Berlín, debido al alto porcentaje de amianto utilizado en su construcción, que lo convertía en un edificio cancerígeno.
Entre 2006 y 2013, el espacio fue un prado verde en el que los berlineses paseaban y hacían volar cometas, hasta que la fundación logró reunir suficientes donaciones para dar comienzo a las obras de reconstrucción.
«Estoy emocionado»
«La campaña fue un éxito», declara Hans-Dieter Hegner, miembro de la junta directiva de la Stiftung Humboldt-Forum im Berliner Schloss, que supervisa personalmente la instalación de los profetas. También sigue de cerca la instalación un alemán de 90 años, residente en Lankwitz, que se ha desplazado a Berlín expresamente para asistir al evento. «Estoy feliz de seguir vivo para ver esto hecho», dice. Es uno de los donantes. Él y su difunta esposa aportaron en total 12.500 euros, parte de los cuales se destinaron a la reconstrucción de la estatua del profeta Daniel. «Estoy emocionado», reconoce. No se considera monárquico, aunque sí católico. Toda su vida trabajó como músico de iglesia. «No es política. No es ideología. Es Alemania», remata.
El arquitecto Philipp Oswalt, profesor de Teoría del Diseño Arquitectónicos en la Universidad de Kassel, y el historiador Jürgen Zimmerer de la Universidad de Hamburgo, opinan lo contrario. Ambos han emitido un comunicado en el que acusan al palacio berlinés de símbolo de la «nueva derecha». «Con donaciones de extrema derecha -afirman-. Se ampliará el símbolo del 'Occidente cristiano'». Hablan de una «infiltración consciente y fundamentalmente cristiana» en el proyecto que identifican con «las tendencias islamófobas de la época», lo que consideran peligroso para la Alemania cosmopolita que el Foro Humboldt asegura defender. Argumentan que los símbolos cristianos sugieren que los no cristianos «no pertenecen aquí en igualdad de condiciones».
La Fundación Foro Humboldt rechaza estas acusaciones y recuerda en su propio comunicado que «la reconstrucción de la fachada del Palacio de Berlín fue decidida por el Bundestag» en 2007. El diseño premiado del arquitecto Franco Stella y su revisión «se basaron en la reconstrucción más detallada de las fachadas y la cúpula del Palacio de Berlín» y el jurado votó por unanimidad a favor. «Además del programa iconográfico con águilas, escudos y coronas, también se incluyeron las figuras de la cúpula. Ningún donante pudo influir en la arquitectura ni en la producción de componentes individuales», insiste la fundación. «Las donaciones sólo contribuyeron a que se pudiera llevar a cabo la reconstrucción de las fachadas históricas y los elementos planificados por el arquitecto Franco Stella, según lo decidido por el parlamento alemán».
En la primavera de 2025 serán colocadas las balaustradas de estilo rococó, que no tienen ninguna referencia religiosa, y con ello se completaría la polémica reconstrucción que alberga el Foro Humboldt, inaugurado en septiembre de 2022 y que recoge las colecciones etnográficas de Berlín.
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