El Festival de Granada descorre el telón

Siguen presentes algunos pequeños ciclos y la extensión FEX, que lleva a escenarios callejeros de la ciudad y a toda la provincia granadina conciertos y representaciones. Johann Sebastian Bach y Gustav Mahler, por su presencia recurrente, marcan este año una identidad, que se prolonga hacia la creación musical más cercana con György Ligeti, a quien se recuerda en el centenario de su nacimiento, y Tomás Marco, octogenario y activo, compositor de un catálogo notable y personalidad indiscutible, de quien se escucharán nueve obras con el estreno 'Nur-Nachtmusik IV', encargo del festival que será interpretado por la Orquesta Nacional de España y David Afkham. Marco aún se responsabilizará de un curso sobre la creación operística a partir de 1900.

Los sesenta años de profesión de Tomás Marco, que en Granada comenzaron en 1971 con 'Neomicron', escuchada en el Patio de los Leones, ahondan en el propósito de abundancia con el que se presenta este año el festival. Una vez celebrados el concierto de Dylan y el extraordinario a beneficio de la Fundación Reina Sofía, protagonizado por la Orquesta Ciudad de Granada y su titular, Lucas Macías, el 'universo vocal' granadino asoma a través de la representación escénica de 'El retablo de Maese Pedro', de Manuel de Falla, en el centenario de su estreno en el palacio de la princesa de Polignac en París.

«Arte puro», en palabras de García Lorca, quien pensaba en la entrañable e inocente caracterización del teatro de títeres al que va dirigida la composición y que tuvo su antecedente en el teatro guiñolesco de los cachiporra representado en la casa del poeta. A su alrededor nació la amistad del dibujante y escenógrafo Hermenegildo Lanz con Lorca y Falla. Una exposición en el Centro Federico García Lorca lo recuerda estos días. Aquel entretenimiento dio lugar a un «arte renovado, resurrección», decía Falla al explicar la esencia de 'El retablo de Maese Pedro', obra en donde la tradición culta española, con el 'Quijote' a la cabeza, se convierte en algo novedoso.

El 'Retablo' dice mucho sobre lo que puede ser una mirada abierta y generosa sobre la historia y sobre la capacidad de integrar lo identitario en un proyecto universal, en este caso alcanzando el rango de obra maestra y también pionera. La obra (la música) de Falla no se agota en una lectura, sino que se inmiscuye en una red de argumentos que están en constante consideración según se explica en el dosier de la revista Scherzo, publicado en el mes de marzo, y que el festival granadino reparte en una edición especial con motivo de estas representaciones inaugurales. Tratando de ser fieles a ese espíritu y para complementar la corta duración del 'retablo', la obra de Falla se prologa en Granada con una suite imaginaria que entrecruza fragmentos de la 'Burlesque de Quichotte', de Telemann, y de 'Don Quichotte chez la Duchesse', de Boismortier. La razón para elegir estas obras es puramente argumental, por su relación con el personaje cervantino.

El éxito de la producción presentada en Granada debe mucho a la presencia de las marionetas gigantes de la Compañía Etcétera, vistas aquí hace diez años, en el Parque de las Ciencias, y anunciadas ahora como coproducción con el Teatro Real de Madrid que ya la programó en el Real Junior. Entre todas las propuestas escénicas sobre el 'retablo' que han circulado desde su estreno, esta preserva mucho de lo que Hermenegildo Lanz diseñó en origen, reelaborado ahora por su nieto Enrique Lanz, director de Etcétera: es decir, reinterpretando a una escala mayor el juego metateatral con Don Quijote, Trujamán y Maese Pedro colocados como espectadores del teatrillo en el que Don Gaiferos libera a Melisendra, personajes que rememoran a los más enigmáticos que aparecen en la bóveda de la sala de los reyes de la Alhambra. Los testimonios gráficos que han llegado sobre el estreno del 'Retablo' en París certifican el poso de autenticidad en el trabajo de estos modernos titiriteros, capaces, además, de atender al principio de síntesis que Falla se impuso cuando ideó la obra.

«La he reducido tanto como fue posible», decía el compositor al explicar la razón de ser del recogido conjunto instrumental que acompaña estas aventuras quijotescas. La frase viene a la memoria al escuchar la orquesta que Aarón Zapico ha dirigido en Granada formada por miembros de la Orquesta Ciudad de Granada con algunas curiosas incorporaciones, como el arcaico clave Pleyel de Rafael Puyana, similar al que usaba Wanda Landowska cuando interpretaba la música de Falla. El instrumento fue tocado en el 'retablo' por Juan Carlos Garbayo, quien lo conoce bien tras grabar el 'concerto' de Falla en la doble versión para clave y piano. Alicia Amo, afilando la voz para convertirla en la de un «muchacho de unos quince años»; David Alegret, en el incisivo papel de Maese Pedro; y José Antonio López, convertido en el caballero andante fueron los solistas de la obra. El 'Tríptico sobre Don Quijote' ha servido para descorrer el telón del Festival de Granada, todavía abierto hasta el 19 de julio.