La desbandada de los vigilantes recrudece la crisis de los museos estatales

Esta desbandada de vigilantes se produce tras salir la resolución del concurso de traslados, paso previo a la publicación de la convocatoria con la que Cultura espera incorporar unos 90 nuevos trabajadores para hacer esta función, algo que, si se cumplen los plazos administrativos habituales, difícilmente ocurrirá antes de un mes. El colectivo de los vigilantes ha menguado de forma considerable a lo largo de los últimos años, por la falta de empleo público y por las disfunciones del IV Convenio Colectivo Único, que les degradó de categoría, impidiéndoles cubrir las bajas de los taquilleros o los porteros mayores cuando se necesitaba. El Ministerio de Cultura, cuestionado por este diario, respondió ayer que todavía no puede concretar el número total de las plazas vacantes y que no prevé cierres de museos por este motivo: «Existe una previsión de plazas para cubrir vacantes a principios de 2023 y se está trabajando para cubrirlas de forma temporal en las semanas que restan». Cuando se ponga en marcha el proceso selectivo, en efecto, se podrán cubrir las bajas con interinos.

El subsecretario de Cultura, Eduardo Fernández Palomares, ya avanzó hace unos días ante el Congreso el problema cuando dijo que este personal «puede irse de ordenanza» a otros ministerios: «Pero es que resolver problemas difíciles no quiere decir dar la solución para todo». Javier Figueroa, portavoz de UGT, asegura en cambio que el ministerio conocía esto desde hacía meses: «Ha habido falta de planificación y de previsión. Sabiendo este hecho, no han tomado las medidas correspondientes. Vamos a estar con los museos tiritando durante, al menos, los próximos veinte o treinta días».

Del MAN, según cálculos de trabajadores, se marchan nueve vigilantes del turno de mañana, de una plantilla que no llega a los cuarenta, y entran cuatro. En el Museo Cerralbo, que solo tiene turno de mañana, habrá tres bajas. El otro museo que preocupa a Cultura, el Sorolla, informa en su web de que «por motivos de organización interna, algunas salas permanecerán cerradas». El Museo del Romanticismo señala también que «por cuestiones organizativas, del 25 al 29 de octubre, en horario de mañana, solo podrán visitarse las salas I, II, III, XXV (Obra invitada) y XXVI». Los Museos del Greco y Sefardí, que perderán vigilantes, tendrán que reorganizar su plantilla. El del Greco indica en su web que «algunas salas pueden permanecer cerradas». En el Museo de Artes Decorativas, en cambio, se van a incorporar más vigilantes de los que se marchan, con lo que no tendrán que cerrar.

¿Cuáles son los motivos de esta desbandada? Son tres, según fuentes sindicales, porque prefieren otros horarios, para acercarse a sus ciudades de origen, y porque en los museos, con el IV Convenio Colectivo, no tienen posibilidad de acceder a la promoción interna. «Los vigilantes que hemos estado cubriendo los puestos para permitir abrir los museos, ahora, aplicando los nuevos requisitos de titulación, nos vamos a quedar sin posibilidad de ascender ni optar a otros puestos», denuncia una trabajadora. Una muestra de que los nuevos títulos implantados no están funcionando la da la convocatoria de taquilleros: solo se han aceptado ocho solicitudes para cubrir las dieciséis plazas del turno general.