Picasso e Ingres dialogan a través de dos cuadros en una particular exposición en la National Gallery de Londres
La muestra es una colaboración especial entre la galería londinense y el Museo Norton Simon de California, donde presentan dos grandes obras con una narrativa continua y fluida a lo largo del tiempo
A la izquierda, 'Madame Moitessier' de Ingres y a la derecha 'Mujer con un libro' de Picasso
«Los artistas menores toman prestado; los grandes artistas roban». Esa frase, atribuida a diferentes personajes, entre ellos a Picasso, cobra vida a partir de este viernes en la principal pinacoteca de Londres . Del genial malagueño se dice que solía hablar de ... sí mismo como un «ladrón», y no por aquel episodio que protagonizó en 1911 tras el robo de «La Giaconda», de Leonardo Da Vinci, en el Louvre, cuando fue detenido como uno de los sospechosos del delito. Aquello quedó en nada para el pintor y su entonces mejor amigo, el poeta Guillaume Apollinaire, también arrestado sin motivo, y el verdadero delincuente fue encontrado. Picasso , sin embargo, siguió robando: inspiración e ideas de los cuadros de sus artistas más admirados.
Precisamente, este viernes se inaugura en la National Gallery de Londres una muestra de esta labor, con la exposición « Picasso Ingres: Face to Face » (Picasso e Ingres, cara a cara), en la que dos grandes obras dialogan entre sí en el espacio de la sala 46 de la emblemática institución. A la izquierda está « Madame Moitessier », que el francés Jean-Auguste-Dominique Ingres acabó tras 12 años de trabajo en 1856, y a la derecha, la obra de Picasso « Mujer con un libro «, de 1932, basada en la primera. La muestra es producto de una colaboración especial entre la famosa galería londinense y el Museo Norton Simon en Pasadena, California, y estará abierta al público hasta el 9 de octubre de este año.
El director de la National Gallery , Gabriele Finaldi , explicó a ABC que que «el retrato de una mujer con un libro», que representa a Marie-Thérèse Walter, quien fuera amante de Picasso cuando aún estaba casado con la bailarina de ballet rusa Olga Khokhlovade, «asume algunos de elementos del famoso cuadro de Ingres de Madame Moitessier que Picasso había visto en 1921» y del que «al cabo de 11 años vuelve a sacar la composición, la imagen, de aquella diosa del segundo imperio francés para formar la base de su imagen de Marie-Thérèse Walter». Para Finaldi, que se mostró «encantado» de acoger una vez más entre las paredes del museo que preside otra obra de un artista español, «es muy importante» matizar la figura del «robo» , ya que si bien el genio malagueño se inspiró en Ingres, este, a su vez, «se basó en un fresco de un pintor anónimo que había visto en el Museo Arqueológico de Nápoles» en el que aparece la diosa de Arcadia, un trabajo «en Herculano que probablemente se basa en una forma original griega de unos siglos antes». «Así que estamos viendo una cadena , una concatenación de relaciones entre artistas, esencialmente a lo largo de unos 23 siglos en esta exposición», dijo, «una narración continua y fluida» de la relación entre los artistas y «las ideas a lo largo del tiempo», aseguró.
Finaldi también tuvo unas palabras para la diseñadora española Belén Cao, que trabaja en el museo y que hizo «un diseño muy elegante» de la sala «utilizando la idea de los dos perfiles que aparecen en los espejos en los dos cuadros», que en el caso de Picasso «es misterioso» ya que se cree que es «la misma Walter» aunque «también se ha sugerido que es una especie de presencia fantasmal del propio pintor».
Christopher Riopelle , comisario de pinturas posteriores a 1800 en la National Gallery, consideró que el andaluz «fue un apasionado estudioso de la pintura europea, con una memoria voraz para las imágenes» que «constantemente miraba a los maestros que más admiraba, entre ellos Ingres».