La reunión del grupo parlamentario socialista resultó ayer bastante agitada. La iniciativa de Esquerra Unida que se tratará hoy –después de la sesión de control al presidente de la Generalitat– relativa a abrir un debate sobre el modelo de Estado entre República o Monarquía provocó un intenso debate en las filas de los socialistas.

Juan Soto, representante de la corriente Izquierda Socialista, defendió la necesidad de que el grupo socialista vote hoy a favor de la instauración de la República, al considerarla el espacio ideológico que corresponde al PSPV y que no se puede dejar en manos de EU. El diputado socialista considera que en las circunstancias actuales sería lógico que el PSPV entrara en este debate al que «no puede renunciar».

La postura contraria defendió el exportavoz del grupo parlamentario socialista, Ángel Luna, quien en su intervención entendía que éste era un momento en el que los ciudadanos necesitan que todo el esfuerzo de los partidos políticos se centre en la recuperación económica y la creación de puestos de trabajo.

Si bien no abominaba de la República, Luna expresó sus dudas sobre el camino al que conduciría un cambio sobre el modelo de Estado porque «no es lo mismo una República presidencialista que una República parlamentaria».

En el debate «filosófico» intercedió Rafael Rubio, quien hoy será el encargado de fijar la postura del grupo parlamentario. Rubio entendía que el PSPV no puede dar la espalda a la lucha que durante años mantuvo por la República, pero consideró que lo más prudente en estos momentos en no abrir este debate. Es por ello que la posición oficial del grupo parlamentario socialista será hoy el de la abstención. Así al menos se acordó.

«Anzuelos»

La votación, sin embargo, puede no reflejar un resultado homogéneo en la Cámara por parte del grupo socialista, ya que Soto medita romper la disciplina de voto y algunos de sus compañeros, que secundan su postura , también deberán decidir si evidenciar esa fractura sobre el posicionamiento en un tema de tan delicado. Estas tensiones internas siembran nuevas dudas sobre el proyecto del PSPV, agravadas por los «anzuelos» que periódicamente le lanzan sus potenciales socios de tripartito.

Ximo Puig sabe que el grupo parlamentario está muy fraccionado y es poco afecto a las tesis que emanan de Blanquerías, pero también es consciente de que debe decidir cuestiones básicas como partido para evitar situaciones como la que hoy se puede dar en las filas socialistas.