Rajoy fue muy claro en Peñíscola cuando llamó a todo el PPCV «a apoyar a Alberto», un mensaje que sonó más a orden que a mera sugerencia. La operación de «limpieza» impulsada por Fabra respecto a los casos de corrupción que afectan a varios dirigentes del partido tiene en la figura del exconseller Rafael Blasco su auténtica piedra de toque.

—¿Qué futuro espera a Radio Televisión Valenciana en el caso de que los tribunales anulen el ERE?

—Si eso ocurre habrá que tomar decisiones muy drásticas.

—¿Tendrá capacidad la Generalitat de pagar a treinta días, como va a ser preceptivo?

—Debe ser así. Por eso es preciso saber que los gastos presupuestados dispondrán de los correspondientes ingresos, ya sean propios o transferidos.

—¿En qué fase se encuentran las negociaciones dirigidas a fijar la alternancia de la Fórmula 1 con Cataluña?

—Seguimos a la espera de que se concrete, y espero que así sea. El circuito urbano de Valencia pone en valor todas los esfuerzos que ha hecho la ciudad para ser atractiva y eso es algo que sin duda supone importantes retornos para el conjunto de la Comunidad Valenciana.

—¿Cuándo operará el aeropuerto de Castellón?

—Castellón es una provincia muy turística y la instalación tenía todo el sentido en el momento en que se propuso. El problema ha sido el tiempo transcurrido, demasiado, desde que fue inaugurado. Las opciones son que los aviones lleguen o que se produzca la venta. No hay otras.

—¿Cómo analiza el papel de la Generalitat en la situación del Valencia?

—La implicación del Consell en ese asunto viene de atrás. Era otro momento, pero sinceramente creo que la Generalitat no está para involucrarse en los clubes de fútbol. Ahora existe la duda legal sobre si el aval es nuestro o de Bankia. En cualquier caso, a lo que hay que esperar es a que el Valencia comience a generar ingresos para que devuelva un dinero que es de todos los valencianos. Eso es lo deseable.

—¿Qué va a hacer con el exconseller Rafael Blasco?

—Si se produce el señalamiento del juicio, y con el informe de la Abogacía de la Generalitat en la mano, actuaré en consecuencia y se irá fuera del grupo.

—¿Se lo ha comunicado?

—Sí. Personalmente.

—¿Y cómo cree que actuará Blasco?

—No lo sé, pero yo ya le he trasladado mi decisión.

—¿Acordarán PP y PSPV la rebaja en el número de diputados?

—La mano está tendida por nuestra parte, pero los socialistas no parecen muy dispuestos a consensuar una medida que parte de una demanda social. Otro tanto ocurre con los órganos estatutarios, cuyo gasto actual debe ser reducido a la mitad sin que eso implique necesariamente la salida de personal.

—¿Le sorprendió el respaldo del PSPV a una iniciativa parlamentaria de Esquerra Unida en la que la coalición instaba a no cumplir la ley estatal en materia sanitaria?

—Me pareció algo muy alarmante. Los socialistas actúan de esa forma para no perder votos por la izquierda, pero ninguna estrategia electoral justifica una postura de insumisión como esa. Un partido nacional con vocación de gobierno debe mantener la sensatez en cualquier circunstancia y el PSOE, al menos en este caso, no lo ha hecho.

—¿Cree que el tripartito acabará siendo una realidad electoral?

—Los populares valencianos nos bastamos por nosotros mismos. El futuro tripartito, por su parte, no genera confianza entre los ciudadanos. De hecho, no crea más que incertidumbre y miedo.