política

Fabra ignora a Compromís por la «amenaza» de su coordinador en Alfafar

Morera no condenó en la tribuna el comentario violento de su compañero de filas, que ayer seguía sin arrepentirse, y Fabra se negó a contestar sus preguntas

MANUEL CONEJOS - Actualizado: Guardado en: Actualidad

La sesión de control en las Cortes se vio ayer condicionada por el enfrentamiento entre el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el portavoz de Compromís, Enric Morera. Fabra decidió no contestar a la pregunta del nacionalista en protesta por el comentario amenazante de su coordinador en Alfafar, Joan Sorribes, que aseguraba que al PP «o lo tiramos votando o con la escopeta». La información avanzada ayer por ABC sentó especialmente mal en la dirección del PP regional, y también en la nacional -que pidió la dimisión del citado Sorribes-.

Cuando Fabra subió a la tribuna para contestar a la pregunta sobre el déficit que planteaba el líder de la coalición, Enric Morera, le exigió «una rectificación o un desmentido» de estas declaraciones «por respeto a los demócratas», y le advirtió de que en caso contrario no le respondería.

Morera no se dio por aludido y se mofó del comentario de Fabra -que situaba a Sorribes como concejal cuando en realidad no lo es-. Esto sólo empeoró el enfado del jefe del Consell, quien en su segundo turno indicó que efectivamente Sorribes es el coordinador en Alfafar porque «ni siquiera le votan en su pueblo».

Fabra, en cualquier caso, espetó a Morera que con independencia del cargo que ocupe «la gravedad de sus declaraciones sigue siendo la misma», y volvió a exigirle la rectificación, guante que el líder del Bloc no recogió. Esta actuación fue entendida como una falta de reflejos de Morera, ya que arruinó el debate para la coalición.

Mónica Oltra y Juan Ponce se mostraron pasivos durante este intercambio, disgustados con el comentario de Sorribes -como también explicitaron otros líderes de Compromís como el de Castellón, Enric Nomdedéu-, mientras que los otros tres diputados autonómicos (Fran Ferri, Mireia Mollà y Josep María Pañella) disculpaban el comentario de la «escopeta» y lo comparaban con «otros insultos del PP».

La actitud motivó que el vicepresidente del Consell, José Císcar, siguiera el ejemplo de Fabra, y replicara a las preguntas de Compromís con un «por las razones argumentadas por el presidente, no hay respuesta».

Tras la negativa a contestar de los populares tomó la palabra Marga Sanz, coordinadora de EU, quien censuró el «espectáculo lamentable». Un caluificativo con el que no se refería al comentario de Sorribes, sino a que Fabra no contestara.

En los pasillos de las Cortes, Enric Morera decidió modular su discurso y, al contrario de lo que había hecho en la tribuna, mostró su «rechazo total» a cualquier comentario «que no esté dentro de los parámetros civilizados y democráticos». Sorribes, por su parte, ignoró el «tirón de orejas», y ayer insistía en su cuenta de Facebook en reiterarse en lo escrito.

El PPCV mostraba ayer su «hartazgo» con el lenguaje de la oposición, y ha decidido encarar los temas de forma diferente. La brecha con Compromís se ha agrandado, pero no es la única en el horizonte. Los populares pasarán a defender sus posiciones con más solidez. Los episodios de fricción van en aumento, conscientes los populares del papel de Compromís y EU, fundamentalmente, como aliento a movimientos de protesta como la denominada «primavera valenciana», el lanzamiento de huevos a Fabra en Castellón (donde estuvo la diputada de EU Marina Albiol) o la actual «Intifalla».

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