¿Quién construyó estas herramientas hace 2,6 millones de años?
Nuestros antiguos antepasados no solo usaban herramientas de piedra, sino que planificaban su construcción, recorriendo largas distancias en busca del material necesario. La identidad de los constructores, sin embargo, sigue siendo un misterio
Herramientas de hace un millón de años reabren el misterio sobre los 'hobbits' indonesios
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHace apenas unos días, ABC informaba del hallazgo en el Valle de Afar, en Etiopía, de una especie desconocida que vivió hace 2,8 millones de años y que altera lo que sabemos sobre la evolución humana. Y ahora, en un nuevo estudio recién aparecido ... en 'Science Advances', otro equipo de científicos acaba de anunciar que, en esa misma época y a algo más de mil km de distancia, en Kenia, tanto nuestros lejanos antepasados como quizá también otras especies no relacionadas con nosotros eran capaces no solo de usar herramientas de piedra para un gran número de tareas, sino de planificar su construcción y recorrer largas distancias para hacerse con los materiales necesarios.
Se podría decir sin miedo a equivocarse que la historia de la Humanidad es, en gran medida, la historia de la tecnología. Desde las primeras lascas de piedra hasta la inteligencia artificial, nuestra capacidad para manipular el entorno con herramientas ha sido, de hecho, uno de los principales motores de la evolución. Pero, ¿cuándo empezó todo? ¿Y cómo? Un nuevo estudio, fruto de recientes excavaciones en la península de Homa, en Kenia, acaba de arrojar nueva luz sobre los albores de esta saga, revelando que nuestros parientes más lejanos eran mucho más ingeniosos de lo que creíamos. Y no solo eso: hace más de dos millones y medio de años, mientras buscaban materias primas para fabricar sus herramientas, estos homininos no dudaban en recorrer largas distancias, una conducta bien planificada y que anticipa en 600,000 años lo que hasta ahora se consideraba como la primera gran migración tecnológica.
Un tesoro de piedra
El hallazgo viene a sumarse a una serie de descubrimientos extraordinarios en el yacimiento de Nyayanga, un fructífero enclave arqueológico en la península de Homa, al este del lago Victoria. El equipo de investigadores, liderado por Emma Finestone, del Museo de Historia Natural de Cleveland, y Rick Potts, del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, lleva décadas trabajando en la zona, desenterrando los secretos de una época crucial: el Plioceno, desde hace 5,33 a 2,58 millones de años.
El hallazgo de una especie desconocida cambia la historia de la evolución humana
José Manuel NievesSe trata de una nueva especie de australopiteco que convivió con el género homo hace 2,8 millones de años en lo que hoy es Etiopía
Lo que los investigadores encontraron en Nyayanga es un auténtico arsenal de herramientas, conocidas en su conjunto como 'industria Olduvayense' o 'Modo 1', las más antiguas hechas de piedra que se conocen. No se trata de piedras al azar, recolectadas por los primeros homíninos por sus convenientes formas o aristas, sino de artefactos meticulosamente fabricados: martillos para golpear, lascas afiladas para cortar y núcleos de piedra a partir de los cuales se obtenían estas hojas de corte. Y lo más sorprendente del yacimiento es su datación, de al menos 2.6 millones de años, una antigüedad que lo sitúa entre los más antiguos de su tipo que existen.
Sin embargo, esta vez la auténtica revelación no estaba en las herramientas en sí, sino en su composición. Los investigadores, en efecto, tras analizar la geoquímica de cientos de núcleos y lascas, descubrieron que el material de esas herramientas (rocas volcánicas como la riolita y metamórficas como la cuarcita) no se encontraba en las inmediaciones del yacimiento. De modo que para obtenerlas, los homininos del Plioceno debían viajar hasta cuencas fluviales situadas a más de 10 km de distancia.
La clave de la planificación
«La gente -afirma Rick Potts, uno de los autores principales del estudio- suele centrarse en las herramientas, pero la verdadera innovación del Olduvayense podría ser la necesidad de transportar los recursos de un lugar a otro». Y es que acarrear kilos y kilos de materias primas a lo largo de distancias tan grandes no es un comportamiento trivial. No se trata de recoger una piedra del suelo para usarla en el momento. Implica planificación a largo plazo, memoria espacial y, sobre todo, una visión de futuro.
En comparación, pensemos en cómo se comportan otros primates. Los chimpancés, por ejemplo, pueden transportar rocas, pero lo hacen a través de distancias muy cortas. Los homininos de Nyayanga, en cambio, demostraron una habilidad sin parangón para trazar en su 'mapa mental' la ubicación de las rocas de alta calidad y luego regresar a su campamento o lugar de procesamiento con ellas. Es un comportamiento que, como un puzle, encaja con otros indicios de una vida más compleja.
En el yacimiento de Kanjera Sur, también en la península de Homa, ya se había encontrado previamente la evidencia más antigua de este tipo de transporte, de unos dos millones de años. El descubrimiento de Nyayanga, con 600,000 años más de antigüedad, empuja significativamente hacia atrás en el tiempo esta capacidad, y sugiere que la planificación y el transporte de herramientas son características fundamentales de la tecnología humana desde sus inicios.
Una 'navaja suiza' en el Plioceno
El propósito de estas herramientas era tan variado como ingenioso. Según Thomas Plummer, coautor del estudio, los homininos utilizaban el 'kit Olduvayense' para una amplia gama de tareas: machacar plantas y huesos, cortar carne de grandes presas y procesar madera. La versatilidad de estas herramientas les dio una ventaja evolutiva enorme, permitiéndoles explotar nuevos nichos alimenticios.
Imaginemos la escena: un grupo de homininos, quizá al borde de un pantano, se encuentra con un hipopótamo muerto. Sin las herramientas adecuadas, sería imposible aprovechar la carne y la grasa de un animal tan grande, con su piel gruesa y sus huesos resistentes. Pero con sus lascas afiladas, podían cortar esa carne, y con sus pesados martillos, romper los huesos para acceder a la nutritiva médula. Las pruebas en Nyayanga son claras: los investigadores han encontrado cientos de huesos de hipopótamos con marcas de corte que datan de la misma época que las herramientas, lo que convierte a este yacimiento en el lugar más antiguo conocido de procesado de grandes animales.
El hallazgo, además, resulta especialmente relevante porque sugiere que la dieta de estos antiquísimos homininos no se limitaba a vegetales y frutos. La incorporación de la carne a su alimentación, incluso si era a través del carroñeo, es un hito fundamental en la evolución humana. Aporta calorías y proteínas que pudieron haber sido cruciales para el desarrollo de un cerebro más grande y complejo. Fred Spoor, del Museo de Historia Natural de Londres, compara la invención de esta tecnología con «la evolución repentina de un nuevo juego de dientes fuera del cuerpo», una metáfora que capta a la perfección la magnitud del avance.
¿Quiénes las construyeron?
A pesar de los avances, una de las cuestiones más enigmáticas del estudio sigue sin una respuesta definitiva: ¿qué especie de hominino fue la responsable de estos logros? Durante mucho tiempo se ha asociado la industria Olduvayense con nuestro género, Homo, en particular con especies como Homo habilis, el 'hombre hábil'. Pero el yacimiento de Nyayanga ha complicado mucho el rompecabezas.
Junto a las herramientas, en efecto, los investigadores han desenterrado también dos molares de un hominino del género Paranthropus. Este género, que coexistió con nuestros ancestros directos pero que no es uno de ellos, es conocido por sus enormes mandíbulas y dientes, lo que tradicionalmente se ha interpretado como una adaptación a una dieta basada en alimentos vegetales duros y fibrosos. La idea de que una especie tan especializada en masticar pudiera usar herramientas sofisticadas para procesar carne y plantas es una verdadera sorpresa. Y la idea de que 'alguien', además del género Homo, fuera capaz de un comportamiento tan complejo lo es, si cabe, aún más.
«A menos que encuentres un fósil de hominino sujetando una herramienta, no podrás decir definitivamente qué especie está fabricando qué herramientas», admite Finestone. Pero la coexistencia de los dientes de Paranthropus y las herramientas Olduvayenses sugiere una posibilidad fascinante: que la tecnología no era un rasgo exclusivo de una única línea evolutiva. «La investigación en Nyayanga -añade el investigador- sugiere que hay una mayor diversidad de homininos fabricando herramientas de piedra tempranas de lo que se pensaba».
Lo cual nos lleva a replantearnos seriamente la narrativa tradicional. Tal vez la carrera tecnológica no fue un monopolio del género Homo, sino un campo de juego más amplio donde diferentes especies experimentaron y se adaptaron. Paranthropus, con su poderoso aparato masticador, podría haber utilizado las herramientas para complementar su dieta, procesando alimentos que, de otro modo, habrían sido inaccesibles.
Una conexión con el pasado
El artículo concluye con una reflexión profunda sobre el significado de estos descubrimientos para nuestra propia era. «Los humanos siempre han confiado en las herramientas para resolver desafíos de adaptación», afirma Finestone. Al entender cómo empezó esta relación, podemos comprender mejor nuestra conexión con ella hoy en día, en un mundo moldeado por la tecnología.
MÁS INFORMACIÓN
El viaje de estas piedras, de la cuenca del río a la península de Homa, y de allí a la mesa del laboratorio es, por lo tanto, una prueba más de que la innovación humana, incluso en su forma más elemental, se basa en la capacidad de prever, planificar y aprovechar los recursos del entorno. Hace 2.6 millones de años, un hominino tuvo la visión de que una simple roca, transportada a largas distancias, podría ser algo más que una piedra: podría ser la llave de una nueva forma de vida. Ese simple acto de previsión nos une a través del tiempo con aquellos ingenieros del Plioceno y nos recuerda que hemos sido, somos y siempre seremos, una especie de inventores.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete